El Libro de Génesis

 

Un libro apasionante

El Pentateuco recoge los cinco primeros libros de la Biblia, los libros de Moisés. El primero de ellos es el Génesis y comienza relatando, aunque de forma muy efímera, la creación del universo. Tan efímera que todo se resume en tres versículos. Pero es a partir de aquí donde, con algo más de detalle, se relata la preparación del planeta Tierra para ser habitado.

El Génesis, sin desmerecer otros libros bíblicos, se puede leer como una aventura apasionante. Contiene historias increíbles y fantásticas y su lectura puede fácilmente atraparnos como lo haría el mejor best seller; de hecho, la Biblia es el libro más vendido de todos los tiempos. El problema con que muchas veces nos topamos es su difícil comprensión o coordinación, su lenguaje demasiado antiguo en el cual nos encontraremos con palabras o frases repetitivas que pueden resultar chocantes o de una pésima sintaxis. Pero la Biblia es así, debido a su antigüedad, y a pesar de que existen versiones con un lenguaje moderno, éstas pierden lo que podríamos llamar "su encanto".

Por ser el primero de los libros bíblicos, es para muchos el más conocido, por aquello de que todos hemos comenzado a leer la Biblia alguna vez pero no pasamos de la primera página. Por lo tanto, solo hemos leído aquello de "en el principio creó Dios los cielos y la tierra". Pero el Génesis tiene, si somos capaces de desentrañar algunos misterios que a primera vista pasan desapercibidos, algo especial. Es el principio de todo, es la historia de la Creación del mundo en que vivimos, de la aparición de la vida sobre la tierra, de la primera y fallida relación del hombre con Dios y de las consecuencias que esto trajo al mundo.

El Génesis contiene, además, datos y narraciones sobre la Creación, quizás de una sencillez extrema, que en principio se consideraron propios de cuentos y fábulas. Pero a medida que ha ido avanzando la ciencia, muchos se preguntan cómo es posible que hace tantos miles de años alguien pudiera escribir sobre aspectos de los que el mismo escritor era imposible que tuviera conocimiento; y que a pesar de su sencillez, encierre en su interior tantas cosas que el hombre ha tardado milenios en descubrir por sí mismo.

 
El tetragrámaton, el nombre de Dios en la escritura hebrea

El nombre de Dios en las Escrituras

Desde los primeros versículos vamos a encontrar con que al Creador se le llama por el nombre de Yahveh, Elohim, Jehová, o simplemente Dios. Son los diversos nombres que se le da en las diferentes traducciones de la Biblia, cuyo significado lo da Dios mismo cuando Moisés le preguntó su nombre en Exodo 3:14: “Yo soy el que soy”. Profundizando en la frase, el significado de esta respuesta, según los estudiosos del tema vendría a ser: Yo soy el que siempre ha existido, o incluso el que siempre existirá. A partir de ciertos verbos de la escritura hebrea, el nombre de Dios se ha venido representando con el llamado tetragrámaton, que consiste en las siguientes consonantes: YHWH. Y puesto que el hebreo antiguo se escribía sin vocales había que escuchar el sonido de la palabra para saber su pronunciación. Hubo una época en la que el nombre de Dios no se pronunciaba por considerarlo demasiado sagrado, y entonces, la pronunciación correcta quedó perdida, y es aquí donde muchos han querido aproximarse a lo que pudo ser, añadiendo algunas vocales: Yehowah, Yahweh.

Por otra parte, está la palabra El o Eloha, que significa Dios, y su derivado plural Elohim. Esta forma de referirse a Dios en plural no tiene nada que ver con la teoría trinitaria en la que se dice que Dios son tres en uno, sino una forma superlativa de referirse a Dios.

Existe además el nombre Adonai, que significa mi Señor o Gran Señor, o Jah, que sería una contracción de Jehová o Yahve. Aquí se van a utilizar varios de ellos, según se han encontrado en las tres principales traducciones de la Biblia que se han usado: Traducción Reina y Valera, Cantera-Iglesias y Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras.

El relato del Génesis, ¿mito o realidad?

La Biblia entera está llena de datos sorprendentes por su veracidad y precisión. A pesar de eso, la Biblia es considerada por muchos como la mitología de los cristianos. Sin embargo, habría que hacer algunos apuntes al respecto: Una leyenda india cuenta que la tierra está descansando sobre un elefante, que a su vez descansa sobre una gran tortuga, que a su vez está sobre una serpiente cobra. La mitología griega cuenta que Gea (la Tierra) nació del Caos y de sí misma engendró a Urano para cubrirla como un cielo estrellado. Después de una gran guerra el cielo quedó tan dañado que tuvo que apuntalarse para siempre por las espaldas del titán Atlas. El Génesis, sin embargo, cuenta que la tierra fue creada tal como cuentan hoy los científicos. Y en Job 26:11 se dice que la tierra está suspendida sobre la nada. Está claro que, sea mito o realidad, hay bastante más elegancia y precisión en lo que cuenta la Biblia.

Y ahora, sin más preámbulo, si lo desean, vamos a leer y sobre todo a analizar el Génesis.

Capítulo 1

La creación de la Tierra y la vida según la Biblia

1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Ahora bien, la tierra era yelmo y vacío, y las tinieblas cubrían la superficie del océano, mientras el espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: “haya luz”, y hubo luz. 4 Vio Dios que la luz era buena y estableció Dios separación entre la luz y las tinieblas. 5 Dios llamó a la luz día y a las tinieblas llamó noche. Y atardeció y luego amaneció: día primero.

Con tan sencillas palabras comienza el relato del Génesis, el primer libro de la Biblia, un libro escrito por Moisés donde se cuenta cómo se creó la Tierra y cómo llego a haber vida sobre ella. La creación está dividida en los llamados seis días, que son en realidad seis periodos de tiempo indeterminado. Nótese que el relato empieza en el momento de la preparación de la Tierra para ser habitable. Todo comienza inmediatamente después de que el cielo y la tierra fueran creados, y debe entenderse que el universo entero estaba en parte creado o en fase de formación. La Tierra estaba desordenada y vacía, en tinieblas, aunque en ella había una gran actividad: “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Ya existían los océanos, por lo que, el estado de la tierra era ya bastante avanzado. Acto seguido hubo luz sobre ella. El Sol, la Tierra y demás planetas son parte de un mismo conjunto, por lo que, todo el sistema solar debía estar formándose a la vez. Pero en aquella fase en que la Tierra estaba saliendo del estado primigenio, primero gaseoso y luego líquido, su atmósfera debía parecerse a la de planetas como Venus, muy densa y con unas presiones altísimas. Por eso, la luz no es que se creara en aquel momento, sino que, los gases que envolvían la tierra comenzaron a disolverse para dejar pasar la que ya, desde hacía mucho tiempo, estaba emitiendo el sol. La atmósfera terrestre estaba experimentando una gran transformación.

[nx_note note_color="#d7eff2"]6 Dijo después Dios: “haya un firmamento en medio de las aguas y separe unas aguas de otras.” 7.Hizo pues, Dios el firmamento y las aguas que había por encima de este. Y así fue. 8 Llamó Dios al firmamento cielos. Y atardeció y luego amaneció: día segundo.[/nx_note]

En este segundo día continúa la gran transformación de la atmósfera terrestre. Hemos visto cómo se habla del Espíritu de Dios sobre las aguas, ahora se hace una separación de ellas. El agua es la gran protagonista ya desde la creación del planeta, o mejor dicho, en la fase de preparación para que pueda albergar vida. La separación de las aguas no es otra cosa que la creación de la llamada bóveda celeste, o lo que es lo mismo, la capa atmosférica de aire, con lo que, sobre la tierra quedarían los océanos y sobre la capa de aire quedaría otra capa de vapor de agua, o séase, las nubes. Una atmósfera que debía ser ya lo más parecido a lo que conocemos hoy.

Día tercero
[nx_note note_color="#d7eff2"]9 Y Dios pasó a decir: “Que las aguas de debajo de los cielos se reúnan en un mismo lugar y aparezca lo seco”. Y llegó a ser así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Y pasó Dios a decir: “Haga brotar la tierra hierba, vegetación que dé semilla, árboles frutales que lleven fruto según sus géneros, cuya semilla esté en él, sobre la tierra”. Y llegó a ser así. 12 Y la tierra empezó a producir hierba, vegetación que da semilla según su género y árboles que llevan fruto, cuya semilla está en él según su género. Entonces Dios vio que era bueno. 13 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día tercero.[/nx_note]

En su estado primitivo, la tierra debió tener un relieve bastante plano. Esto puede explicarse si tenemos en cuenta que todo el planeta era líquido, y un líquido que se solidifica tiende a no dejar protuberancias. Por lo tanto, es perfectamente posible que los océanos lo cubrieran absolutamente todo. Unos océanos, sobre los que hoy día todavía se discute cómo aparecieron y el porqué de la abundancia de agua en nuestro planeta. Las teorías van desde los que piensan que sobre la tierra se estrellaron gran cantidad de cometas helados hasta los que creen que el agua era un elemento ya existente en la composición de la materia con que se creó. Las grandes temperaturas habrían hecho que el agua se evaporara hacia las capas externas y a medida que el planeta fue enfriándose, fueron formándose los océanos hasta cubrirlo todo. Otros gases expulsados desde las distintas capas del planeta y más volátiles que el agua, habrían quedado cubriendo los mares y evitando que pasara la luz del sol. Poco a poco esos gases se habrían disuelto y la luz pudo por fin bañar los océanos, creando una situación propensa para albergar vida. Esta segunda teoría se acerca mucho más al relato bíblico.

A continuación, la aparición de los continentes. El planeta Tierra no descansa. Se ha enfriado, pero su actividad continúa, y bajo los océanos, la corteza terrestre se resquebraja y aparecen grandes dorsales oceánicas como las que hoy día existen todavía. Inmensos volcanes submarinos y placas tectónicas que comenzaban a ir a la deriva debieron provocar mares embravecidos y olas gigantescas, hasta que la tierra se abrió paso y aparecieron los continentes. O quizás un único pero gran continente que luego fue dividiéndose con el paso de los siglos y los milenios. Por último, aparece la vida. Agua, tierra, luz, y un efecto invernadero propiciado por aquella capa de nubes, las llamadas aguas sobre el firmamento, habían convertido la tierra en el lugar idóneo para crear vida.

Día cuarto
[nx_note note_color="#d7eff2"]14 Dijo Elohim después: “Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para poner separación entre el día y la noche y que sirvan de señales para estaciones, días y años. 15 Sean también a modo de lumbreras en el firmamento del cielo para lucir sobre la tierra. Y así fue. 16 Hizo Elohim pues, los dos grandes luminares, el luminar mayor para dominar el día y el luminar menor para dominar la noche, y las estrellas. 17 Elohim los puso en el firmamento celeste para lucir sobre la tierra, 18 para dominar el día y la noche y poner separación entre la luz y las tinieblas. Y vio Elohim que era bueno. 19 Y atardeció y luego amaneció: día cuarto.[/nx_note]

El día cuarto es un día o fase algo confusa del relato de la creación por venir a decir que se crean el sol, la luna y las estrellas, a estas alturas, cuando ya se había creado la luz, y sobre todo las plantas, que no podrían sobrevivir sin el primero. Las traducciones del hebreo y el arameo antiguo no son perfectas y a menudo se confunden el verbo haber con el hacer. La luz ya estaba creada desde el día primero y esto puede leerse en el versículo 3. Por lo tanto, debería entenderse que lo que aconteció el día cuarto fue la disolución de la capa de nubes que cubrían la entera superficie terrestre, que dejaron pasar directamente los rayos del sol y dejaron ver con claridad la luna y las estrellas. Seguía el proceso de un acondicionamiento, que llegaría a ser perfecto para un tipo de vida más compleja aún que el de las plantas. Es en este día cuarto donde se lleva a cabo también, si no se había hecho ya, la inclinación del eje terráqueo, ya que, sin dicha inclinación no serían posibles las estaciones de las cuales se habla.

Día quinto
[nx_note note_color="#d7eff2"]20 Y Elohim pasó a decir: “Enjambren las aguas un enjambre de animales vivientes, y vuelen criaturas voladoras sobre la tierra, sobre la faz del firmamento de los cielos”. 21 Y Elohim procedió a crear los grandes monstruos marinos y todo animal viviente que se mueve, los cuales las aguas enjambraron según sus géneros, y toda criatura voladora alada según su género. Y vio Elohim que era bueno. 22 Con eso los bendijo Elohim, y dijo: “Procread y multiplicaos y llenen las aguas de los mares, y háganse muchas las criaturas voladoras en la tierra”. 23 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana: día quinto.[/nx_note]

La teoría científica de que la vida comenzó en los océanos viene a apoyar el relato creativo en el quinto día, donde se habla de la creación de grandes monstruos marinos y todo animal viviente en los mares. Realmente existieron estos grandes animales marinos tal como existieron los dinosaurios, y así lo prueba la ciencia. Sorprende la creación, en este mismo día, de las criaturas voladoras, ya fueran aves tal como las conocemos hoy día, o especies del tipo “pterosaurus”, sin haberse creado otro tipo de vida animal en tierra firme. De haberse creado en ese orden, tendrían que haberse alimentado forzosamente de plantas o peces.

Por otra parte, la idea que nos da la biblia sobre la vida en el paraíso, como veremos más adelante, es la de que todo animal viviente, incluida la especie humana, eran herbívoros y ningún animal era depredador de otro.Existe otra explicación para este relato donde sí encajarían las aves. A Moisés, el escritor de estos relatos, le pudieron llegar las crónicas de dos formas: bien directamente por inspiración divina, cosa que no aceptarán los no creyentes, o bien por el boca a boca de una generación a otra. Esta segunda forma era muy común hasta la invención de la escritura. Si a Moisés le llegó de esta forma, puede entenderse por qué no se habla de los dinosaurios. Las bestias marinas, por tanto, serían las ballenas u otro tipo de grandes peces, algunos ya extinguidos pero que fueron contemporáneos del hombre. Los dinosaurios no lo fueron, y tras su desaparición quedaron las aves, supuestamente descendientes de estos grandes monstruos. Por el boca a boca solamente habría llegado hasta Moisés la existencia de las aves y no de los dinosaurios que nunca habían visto. De esta forma, aunque la teoría de las aves a partir de los dinosaurios es solo una teoría evolutiva no demostrada, sí que coincide el orden de creación con el orden evolutivo.Quedaría todavía una pregunta en el aire: ¿Por qué no se menciona la creación de los dinosaurios en el Génesis? Hay muchos otros detalles que los primeros habitantes de la tierra no vieron y que sin embargo están ahí escritos. La respuesta puede estar en una frase que viene repitiéndose cada vez que queda acabado un trabajo: "Y vio Dios que era bueno". El Creador supervisaba cada una de sus obras antes de darles el visto bueno y está claro que los dinosaurios no pasaron el control de calidad. Unas criaturas tan enormes, tanto si eran carnívora como si eran vegetarianas no habrían podido convivir con la raza humana. ¿Las hizo Dios desaparecer? Quién sabe, a lo mejor Dios decidió convertirlos en aves.

Día sexto

[nx_note note_color="#d7eff2"]24 Y Dios pasó a decir: “Produzca la tierra animales vivientes conforme a su especie, animal doméstico, reptiles y bestias salvaje según su especie”. Y así fue. 25 Y Dios procedió a hacer las bestias salvajes de la tierra según su especie y los animales domésticos según su especie y todos los reptiles del campo según su especie. Y vio Dios que era bueno.[/nx_note]

En el día sexto la creación queda culminada con la aparición sobre tierra firme de todo tipo de animales y por fin el hombre. Todos los animales fueron creados según su especie, algo que, según la teoría evolutiva, que afirma que unas especies provienen de otras, parece incompatible. Sin embargo, no lo es tanto, dependiendo del punto de vista con que se mire. Veamos qué afirman o qué creen haber descubierto los evolucionistas: la vida se originó en el mar a partir de una única célula. O a saber cuántas únicas células aparecieron a la vez en un inmenso océano que reunía las cualidades perfectas para la vida. O en lagos al lado de volcanes. ¿Cuántos lagos existirían al lado de los numerosos volcanes de la recién aparecida tierra firme? En cualquier caso, se afirma que fue en el agua. Pero, ¿tuvo que ser necesariamente a partir de una única especie, es decir, a partir de una única célula? Pudieron ser millones o miles de millones las células que cobraron vida y por lo tanto miles de millones de especies diferentes. Y esto puede ser válido tanto para los animales marinos como para los terrestres. Tanto da si primero cobraron vida al lado de un volcán y luego entraron a los mares como si cobraron vida en los mares y salieron a tierra firme. Y evidentemente, si toda especie comenzó siendo una única célula, tuvo necesariamente que pasar por un crecimiento y transformación hasta llegar a ser el animal que buscaba ser.

Ni el mejor de los ingenieros o científicos sería capaz de crear algo tan complejo como el ADN, maravilla y asombro de cuantos lo estudian. Un verdadero libro (o habría que hablar de una inmensa enciclopedia) que todos llevamos dentro, con todas las instrucciones necesarias para el funcionamiento de nuestro cuerpo; y no solo para el nuestro, sino para las generaciones futuras, para que la vida se perpetúe. Con detalles como el color de los ojos o el cabello, o incluso, en el caso de los animales, como hemos visto, si deben adaptarse al hombre o no, pues ya en el momento de ser creados se dan instrucciones de si deben ser bestias salvajes o animales domésticos. Pero, ¿habla el Génesis de una aparición instantánea de las especies animales en un solo día? Ya se ha dicho que los días son en realidad fases de tiempo indeterminado, y si reflexionamos sobre todo lo que hemos visto hasta ahora, la creación y preparación de la tierra debió llevar su tiempo, un tiempo que los científicos datan en miles de millones de años, aunque los creyentes se decantan por muchos menos. Tanto si fueron millones como si fueron solo unos miles, en vista de que en la tierra se empleó un tiempo considerable, no hay razón para pensar que algo mucho más complejo, como crear vida, no iba a llevar también su tiempo.

[caption id="" align="alignnone" width="600"] La creación del hombre - Miguel Ángel (1475-1564) Capilla Sixtina - Roma[/caption]

[nx_note note_color="#d7eff2"]26 Y Dios pasó a decir: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra”. 27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. 28 Luego, Dios los bendijo y les dijo Dios: “Procread y multiplicaos y llenen la tierra y sojúzguenla, y dominad sobre los peces del mar y sobre las criaturas voladoras de los cielos y sobre toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”.[/nx_note]

Por último, el hombre, la especie humana, macho y hembra los creó. Y he aquí el tema más polémico de la creación: primero creó al hombre del polvo de la tierra y luego, en vista de que entre los animales no se encontró compañera para él, se creó a la mujer a partir de una de sus costillas. Comencemos por el principio: Dios hace al hombre a su imagen y semejanza, ¿somos iguales a Dios? ¿Tiene Dios la apariencia de un hombre? Preguntas de difícil respuesta. Siempre habrá quien crea en las palabras literales y pensará que Dios, allá donde tenga su morada, tendrá apariencia humana. Y siempre habrá quien se tome esta frase como algo simbólico, o creerá que nuestra semejanza al Creador es solo espiritual o amorosa. Sea cual sea esa semejanza, parece del todo lógico, que los hijos del Creador tengan la apariencia del padre.

Pero continuemos, llegamos al momento en que se dota al hombre de inteligencia. El hombre dominaría a todas las demás especies animales, desde los peces del mar a las aves voladoras y los animales domésticos y hasta toda especie que se mueve sobre la tierra. A todas sin excepción. Y esto, solo se consigue con algo de que carecen los demás. Con algo que sí nos puede asemejar a Dios: el razonamiento, la inteligencia. Ningún animal sobre la tierra está capacitado para razonar, solo el hombre, y quizás por eso con ningún animal Dios dijo que lo haría a su imagen y semejanza.

[nx_note note_color="#d7eff2"]29 Y Dios pasó a decir: “He aquí que les he dado toda vegetación que da semilla que existe sobre la faz la tierra y todo árbol en el cual hay fruto de árbol que da semilla: os servirá de alimento. 30 Y a toda bestia salvaje de la tierra y a toda criatura voladora de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra en que hay vida como alma he dado toda la vegetación verde para alimento”. Y llegó a ser así. 31 Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana: día sexto.[/nx_note]

Y una vez concluida la creación de los animales y el hombre, solo restaba suministrarles alimento: vegetación y frutos de los árboles. Dios había creado un mundo perfecto, con innumerables animales terrestres, mares repletos de peces, cielos cubiertos de criaturas voladoras y una especie dominante e inteligente: el hombre. Y todos ellos vegetarianos. Solo así era posible la paz y la armonía en un mundo donde ningún animal se veía en la necesidad de huir de otro por miedo a ser atacado y devorado. Ni siquiera el hombre que los dominaba estaba autorizado para utilizarlos como alimento. Era la creación perfecta de Yahveh. Algo totalmente contrario a las teorías científicas, donde las especies más fuertes se iban abriendo paso en la evolución a base de dominar sobre las demás, y por supuesto alimentándose de las más débiles. Cabe entonces una reflexión tanto para creyentes como agnósticos o ateos: Si Dios o la naturaleza, o el azar mismo, hicieron lo más difícil (Universo, sistemas planetarios, sincronías perfectas en sus órbitas, un planeta, o quizás otros muchos, con unas condiciones idóneas para la complejidad de la vida, y el incomprensible cerebro humano dotado de inteligencia,) por qué no hacer al final lo más fácil, vivir todos en paz y armonía.

Capítulo 2

El paraíso y la formación de la mujer

Y el séptimo día descansó

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo su cortejo astral. 2 Y para el día séptimo Elohim vio terminada su obra que había hecho, y procedió a descansar. 3 Y Elohim procedió a bendecir el día séptimo y lo declaró sagrado, porque en él había descansando de toda su obra. 4 Esta es una historia de los cielos y la tierra en su creación, en el día que Dios hizo tierra y cielo.[/nx_note]

Terminada su obra Dios procedió a descansar y a declarar sagrado ese séptimo día. Más bien se debería entender que en ese día se dedicó a
revisar y, por qué no, a admirar su obra. Y esa revisión, vamos a encontrarnos que aún había por hacer o determinar algunas cosas, como veremos enseguida. Pero fijémonos en lo que dice el versículo 4: “en el día que Dios hizo tierra y cielos”. Está hablando de un solo día, cuando realmente se está refiriendo a todo el periodo de creación. Viene esto a demostrar lo que se ha dicho con anterioridad, que cuando en el Génesis se habla de días se está refiriendo a periodos de tiempo indeterminado.

[caption id="" align="alignnone" width="500"] Despues de la creación, Dios descansó. Capilla Sixtina, Miguel Ángel - Roma[/caption]

[nx_note note_color="#d7eff2"]5 Ahora bien, todavía no se hallaba ningún arbusto del campo en la tierra y ninguna vegetación del campo brotaba aún, porque Yahveh Elohim no había hecho llover sobre la tierra y no había hombre que cultivara el suelo. 6 Pero una neblina subía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.[/nx_note]

El relato vuelve atrás en el tiempo para dar más detalles explicando cómo aún no había llovido sobre la tierra. Probablemente la atmósfera no reunía aún las condiciones necesarias para los ciclos del agua. Una neblina subía de la tierra, quizás el planeta aún expulsaba vapor de agua, suficiente para que la tierra produjera vegetación.

[nx_note note_color="#d7eff2"]7. Y Yahveh Elohim procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente. 8. Además, Yahveh plantó un jardín en Edén, hacia el oriente, y allí puso al hombre que había formado. 9. Así Yahveh hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento, y también el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.[/nx_note]


Seguimos con la retrospectiva que nos da ahora detalles sobre la creación del hombre, contándonos que fue creado del polvo. Hay versiones cinematográficas que muestran cómo del suelo va modelándose una figura humana de barro, para finalmente, en cuestión de segundos, transformarse en un hombre de carne y hueso. Visto así resulta algo grotesco y poco creíble. Posiblemente, la creación del hombre llevó más de unos segundos. Hoy, una obra de ingeniaría como el cuerpo humano (llamarlo obra de ingeniería se queda en poco), tarda nueve meses en formarse. Sin embargo, el cuerpo humano está formado por partículas de diferentes elementos y todos y cada uno de ellos pueden encontrarse en la tierra. Realmente nuestros cuerpos están formados del polvo o barro que a diario pisamos y del agua que bebemos o en la cual nos bañamos. Es curioso, pero los escritores bíblicos, en este caso Moisés, no podía saber, hace algunos miles de años, la composición química del cuerpo humano. Finalmente, Dios sopló en las narices del hombre para que éste cobrara vida. Sencillo, muy sencillo. Pero igualmente resulta sencilla la explicación científica que cuenta que en un caldo primigenio se dieron las condiciones necesarias para que unas moléculas cobraran vida, formaran células y terminaran creando un animal, con un sistema corporal complejísimo y un corazón que comenzó a latir así, sin más y por casualidad.

[caption id="" align="alignnone" width="600"] Adán y Eva - Wenzel Peter[/caption]

El hombre en el Paraíso

[nx_note note_color="#d7eff2"]10. Ahora bien, había un río que procedía de Edén para regar el jardín, y de allí empezaba a dividirse y llegaba a ser, por decirlo así, cuatro cabeceras. 11. El nombre del primer río es Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havilá, donde hay oro. 12. El oro de aquella tierra es bueno. Allí hay también el bedelio y la piedra de ónice. 13. Y el nombre del segundo río es Guihón; es el que rodea toda la tierra de Cus. 14. El nombre del tercer río es Hidequel; es el que va al este de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates. 15. Y Yahveh procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16. Y también impuso Yahveh Elohim este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín podrás comer libremente. 17. Pero en cuanto al árbol de la ciencia de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, morirás sin remedio”.[/nx_note]

Acabada la creación del hombre, Dios quiso proveerlo de un hogar y crea un jardín. Dicho jardín, por los detalles suministrados se encontraba en el actual Irak, en el golfo Pérsico. Con una gran abundancia de vegetación, árboles y agua, Dios procuró que a sus futuros habitantes no les faltase absolutamente de nada. Y nótese lo que ya se ha apuntado con anterioridad. Los recién creados hombre y mujer solo podían comer fruta y otros vegetales, los animales podían estar bajo su sujeción, pero no para comérselos. De todos los árboles del jardín podían comer su fruta, sin embargo, había un árbol en el centro del cual se les prohibió comer. ¿Por qué?

[nx_note note_color="#d7eff2"]18. Y Yahveh pasó a decir: “No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él”. 19. Ahora bien, Yahveh Elohim estaba formando del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos, y empezó a traerlas al hombre para ver lo que llamaría a cada una; y lo que el hombre la llamaba, a cada alma viviente, ese era su nombre. 20. De modo que el hombre iba dando nombres a todos los animales domésticos y a las criaturas voladoras de los cielos y a toda bestia salvaje del campo, pero para el hombre no se halló ayudante como complemento de él.[/nx_note]

Desde el día sexto se viene hablando de la creación del hombre y la mujer. Luego hemos visto con más detalle que el hombre fue creado del polvo, y ahora por fin se va a hablar en detalle de la creación de la mujer. Aquí el relato puede parecer algo confuso, pues se supone que los animales ya estaban creados y sin embargo dice que Dios los estaba creando y llevándoselos al hombre para que les pusiera nombre. Lo más probable es que el relato simplemente se refiera al hecho de llevárselos al hombre para nombrarlos. El hombre apareció al final del sexto día, pero los animales no tenían nombre y este era un trabajo para el recién creado Adan, una palabra hebrea que significa precisamente hombre terrestre u hombre rojizo, haciendo referencia al color de la tierra con que fue creado. El caso es que, mientras ponía nombre a los animales, parece ser que Adan no encontró una pareja adecuada entre ellos. ¿Quiere decir esto que Dios le pidió que eligiera pareja entre los animales? No parece probable, puesto que a la hora de crear cualquier especie siempre se recalca que se hace “según su especie o según su género.” Más bien habría que interpretar, que viendo Adan que cada animal tenía su pareja, él sintió anhelo por tener la suya. Él sentía la necesidad de tener una compañera, pues la compañía de los animales, por grata que fuera, no lo satisfacía por completo.

[caption id="" align="alignnone" width="587"] Creación de Eva - Capilla Sixtina, Miguel Ángel[/caption]

[nx_note note_color="#d7eff2"]21. Por lo tanto Yahveh Elohim hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras éste dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. 22. Y Yahveh procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al hombre. 23. Entonces dijo el hombre: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada ésta”. 24. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne. 25. Y ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa, y sin embargo no se avergonzaban.[/nx_note]

Asistimos al primer caso de clonación de la historia. La creación de una mujer a partir de una porción de cuerpo del hombre. Un relato que siempre se ha interpretado como una fábula por considerarse imposible, aunque siempre se ha sabido que las plantas podían reproducirse de esta manera y en la actualidad ha quedado probado que puede hacerse con una simple célula. ¿Pero fue esta la manera en que llegó a haber dos sexos diferentes? La ciencia no ha sido capaz, hasta el momento, de descubrir cómo llegaron a haber macho y hembra entre los animales y se limita a la teoría de que, en un principio, en su estado más primitivo, los animales eran hermafroditas hasta que evolucionaron dividiéndose en dos sexos cada especie. Y sin embargo, Moisés registra en sus escritos un caso de clonación, hace nada menos que 3.300 años.

Capítulo 3

[caption id="" align="alignnone" width="600"] El pecado original - Miguel Ángel, Capilla Sixtina - Roma[/caption]

La pérdida del Paraíso

El pecado

[nx_note note_color="#d7eff2"]1. Ahora bien, la serpiente resultó ser la más astuta de todas las bestias salvajes que Jehová había hecho, y dijo a la mujer: “¿Así que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2. Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3. Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: “No deben comer de él, ni deben tocarlo para que no mueran”. 4. Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “No moriréis por supuesto. 5. Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él se abrirán vuestros ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.[/nx_note]

Aparece un nuevo personaje: Satanás, el diablo, alguien en el que muy pocos creen. Casi con toda seguridad hay menos creyentes en el diablo que en el mismo Dios. Quizás por eso el demonio es quien es, por saber pasar desapercibido y que pocos crean que existe. Pero aquí lo tenemos, disfrazado de serpiente, delante de la mujer y dispuesto a ponerla en contra de su creador. ¿Pero quién era realmente el diablo? ¿La encarnación o simbolización del mal, un ángel caído, alguien real o solo un mito? En principio hay que decir que Satanás va a estar presente en la Biblia hasta el final, y que lo veremos tentando no solo a la primera mujer, sino a personajes como Job o al mismo Jesucristo.

[nx_note note_color="#d7eff2"]6. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7. Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera para cubrirse.[/nx_note]

No parece que al diablo le costara mucho convencer a la mujer, como tampoco le costó mucho a ésta convencer a su marido, cualidad que todas las mujeres han heredado, por supuesto. Y por fin lo consiguieron, tener conocimiento del bien y del mal. Aquí, nuevamente nos encontramos con un relato de una sencillez, que cuesta no imaginarlo como una fábula. Pero si de lo que se trataba era de probar la fidelidad de sus recién creados humanos, es posible que su creador no necesitara mucho más que eso, ponerles una prueba sencilla. Y sobre esta prueba surge otra pregunta: ¿qué era eso del árbol del bien y del mal o de la ciencia? ¿Se había programado a la humanidad como simples robots para que no tuvieran conocimiento del mal o sin capacidad para adquirir conocimiento científico? En principio puede entenderse que no es así, puesto que estaban en condiciones de tomar decisiones. Podían haberse negado a lo que la serpiente les propuso y mantenerse fieles a quien los creó. De haber tenido restringida la mente, tal vez no habrían sentido el deseo y la codicia de ser como Dios.

[nx_note note_color="#d7eff2"]8. Más tarde oyeron la voz de Jehová Dios que paseaba por el jardín a la brisa de la tarde, y el hombre y su mujer procedieron a ocultarse de la presencia de Jehová entre los árboles del jardín. 9. Y Jehová siguió llamando al hombre y diciéndole: “¿Dónde estás?”. 10. Por fin él dijo: “Oí tu voz en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo, y por eso me escondí”.[/nx_note]

Nuevo tema de debate: ¿Por qué se escondían Adan y Eva? ¿Por qué sentían vergüenza de andar desnudos? Bueno, está claro que en algo les afectó el haber comido el fruto del árbol prohibido. Simbólico o no, perdieron la inocencia y quienes eran puros dejaron de serlo en el momento que cometieron acto de desobediencia.

[nx_note note_color="#d7eff2"]11. A lo que dijo Jehová: “¿Quién te informó que estabas desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has comido?”. 12. Y pasó el hombre a decir: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio del árbol y comí”. 13. Ante eso, Jehová Dios dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”. A lo cual respondió la mujer: “La serpiente... ella me engañó, así que comí”.[/nx_note]

Tan poco tiempo desde que pecaron y ya se evidencia que el hombre dejó de ser perfecto. Simplemente vergonzosa la respuesta de Adan al querer excusarse y cargar con la culpa a su esposa. Que fue la que engatusó a su esposo, sí, pero él debería haberse mostrado firme y no dejarse arrastrar por la codicia de su esposa y por la suya propia. Su esposa, a su vez, también intenta echar la culpa de todo a la serpiente. Dios tomará la decisión de dar a cada cual su castigo.

[caption id="" align="alignnone" width="505"] La expulsión del Paraiso - Miguel Ángel - Capilla Sixtina[/caption]

Las consecuencias
[nx_note note_color="#d7eff2"]14. Y Jehová procedió a decir a la serpiente: “Por lo que has hecho, maldita seas entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás, y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. 15. Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella, la cual te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”.[/nx_note]

La serpiente, evidentemente no fue la causante de aquel conflicto y tradicionalmente ha cargado con la culpa de algo que hizo Satanás. La serpiente solo fue víctima de que el diablo tomara su cuerpo como disfraz para presentársele a la mujer. Aquí sí puede apreciarse una carga de simbolismo que tiene que ver con acontecimientos futuros, de análisis profundo y que (de momento) no se va a tratar, pero sí se puede adelantar que estas palabras no iban dirigidas a la serpiente, sino al mismo Satanás.

[nx_note note_color="#d7eff2"]16. A la mujer dijo: “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos, y hacia tu marido será tu tendencia, y él te dominará”. 17. Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: ‘No debes comer de él’, maldito sea el suelo por tu causa; con fatiga te alimentarás de él todos los días de tu vida 18. Espinos y cardos te germinarán, y tienes que comer la vegetación del campo. 19. Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”.[/nx_note]

Sobre el castigo de la mujer, ninguna que haya dado a luz pondrá en duda que esto es así. En cuanto a la parte final del versículo, quizás en esto no haya demasiado acuerdo. En cuanto al castigo de Adán fue un castigo para toda la humanidad. La tierra todavía no estaba completamente preparada para la vida perfecta que Dios había creado. A la primera pareja le había dado un vergel donde podrían vivir sin preocuparse más que de cuidarlo y de que se extendiera a medida que fueran procreando. Pero a partir de ahora, la agricultura no iba a ser tarea fácil y su trabajo se iba a multiplicar de tal manera que fatiga y sudor le iba a costar producir alimentos. Y lo que es peor, Adán, y por consiguiente su esposa y su descendencia, volverían al polvo del que fueron creados, es decir morirían. El propósito de Dios al crear a la humanidad era que nunca murieran ni que ninguna enfermedad les atacara. Incluso que la mujer pariera sin dolor. Ahora, con la rebelión hacia su creador, tal como la serpiente les había dicho, no morirían, pero aquello era una verdad a medias: no morirían en el acto, pero a partir de aquel momento, sus cuerpos se irían deteriorando hasta acabar muriendo. Y todo esto era extensible para su descendencia.

[nx_note note_color="#d7eff2"]20. Después de esto Adán llamó a su esposa por nombre Eva, porque ella tenía que llegar a ser la madre de todo el que viviera. 21. Y Dios procedió a hacer largas prendas de vestir de piel para Adán y para su esposa, y a vestirlos. 22. Y Jehová Dios pasó a decir: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora, para que no alargue la mano y efectivamente tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido...”. 23. Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido tomado. 24. De modo que expulsó al hombre, y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida.[/nx_note]

Estos últimos versículos del capítulo 3 encierran muchos detalles, que aunque no están ocultos, a menudo pasan desapercibidos o se confunden. El Creador toma una decisión: expulsar a la pareja del jardín de Edén. Pero fíjense que está hablando con alguien, está exponiendo una opinión: ahora que los humanos conocen el bien y el mal son como ellos, y volverán a desobedecer. Puesto que les había condenado a volver al polvo, no le quedaba dudas de que comerían del árbol de la vida para no morir. Para evitar todo esto, lo mejor era echarlos de allí. Parece como si buscara el consenso de alguien más para llevar a cabo la expulsión.

Algunos basan su teoría de la trinidad en esta conversación. Es decir, según los trinitarios, Dios puede estar aquí hablando con el hijo y con el espíritu santo. Sin embargo, para entender esta conversación habría que adelantarse muchos libros hacia adelante, hasta llegar al libro de Job 38:4-7 donde dice lo siguiente: "¿dónde estabas cuando yo echaba los cimientos de la tierra? […] ¿O quién asentó su piedra angular cuando me alababan los nacientes astros, y prorrumpían en voces de júbilo todos los ángeles o hijos de Dios?" Esto solo quiere decir una cosa: ni los animales ni los humanos eran la primera vida que había creado Dios. Algo que queda patente en el momento que entra en escena Satanás. ¿De dónde había salido Satanás, el llamado ángel caído? Satanás, en efecto, tuvo que ser creado antes que los humanos. Y si Satanás ya existía, podían existir otros muchos, según Daniel 7:10 eran millares de millares. Llamémosles ángeles, criaturas celestiales o con cualquier otro nombre, ya existía vida en el universo, y esto vendría a dar algo de razón a los que apoyan la teoría de que la vida llegó a la tierra desde el espacio. La creación de la tierra y la vida en ella debió ser observada con atención por los seres ya existentes, los primeros hijos de Dios. Y como en toda familia, hubo su oveja negra, alguien que pusiera en tela de juicio la viabilidad de formar una raza humana: ¿Para qué una raza insignificante en un diminuto planeta en la inmensidad del universo? Un capricho de nuestro padre que solo traerá problemas. Y quizás pare evitar esos problemas Dios era contrario a que fueran conocedores del bien y del mal. Pero claro, así era muy fácil ganarse su obediencia. "Haz que sean como nosotros, dales el conocimiento, a ver qué les dura esa fidelidad hacia ti". -debió decir el hijo celestial rebelde. El Todopoderoso padre pudo haber evitado que su hijo siguiera adelante con sus impertinencias, pero estaban las demás criaturas, sus otros hijos que no eran pocos, muchos de ellos incluso es más que probable que apoyaran al rebelde Satanás.

Seguramente, a escondidas, Satanás bajó y tomó la forma de una serpiente para llevar a cabo su desafío. ¿Qué quería realmente demostrar el hijo rebelde de Dios? Es posible que solo quisiera destacar entre sus hermanos, demostrar simplemente que era capaz de hacer desobedecer a los que ahora tanta atención acaparaba por parte de su padre. Quizás solo fuera envidia. Pero volvamos al momento en que habíamos dejado a Dios conversando con otros seres que ya sabemos quiénes eran. Anteriormente ya había dictado castigo para todos los implicados, incluido Satanás, que había sido maldecido, aunque aparentemente la maldición estuviera dirigida a la serpiente. Ahora el debate era qué hacer con los humanos. Y la decisión, que seguramente fue adoptada por mayoría fue: la expulsión.

Capítulo 4

[caption id="" align="alignnone" width="640"] Caín y Abel - Mateo Orozco 1652[/caption]

Caín y Abel

Al este del Edén

[nx_note note_color="#d7eff2"]1. El hombre conoció Eva, su mujer, la cual concibió y parió a Caín, y dijo:“ He adquirido un varón gracias a Yahveh”. 2 Más tarde volvió a dar a luz, a su hermano Abel. Y Abel llegó a ser pastor de ovejas, pero Caín se hizo cultivador del suelo. 3 Y al cabo de algún tiempo aconteció que Caín procedió a traer algunos frutos del suelo como ofrenda a Yahveh. 4 También, por su parte Abel ofrendó de los primogénitos de su rebaño y de la grasa de ellos. Ahora bien, Yahveh prestó atención a Abel y su ofrenda; 5 pero a Caín y su ofrenda no hizo caso. Caín se irritó por ello sobremanera y decayó su semblante. 6 Dijo entonces Yahveh a Caín: “¿Por qué te has irritado y por qué ha decaído tu semblante? 7 ¿No será que no has obrado bien? Si bien no obras, el pecado acechará tu puerta, y tenderá hacia ti, ¿lograrás dominarlo?”[/nx_note]

Ofrendas y sacrificios

Cuando Dios creó a Adán y Eva, no prescribió ninguna ceremonia específica para adorarle. Los humanos podían adorar a su Creador simplemente siendo fieles a él. Con la expulsión del paraíso aparecen las primeras muestras de adoración mediante sacrificios u ofrendas. Abel ofrece lo mejor entre sus rebaños, Caín algunos frutos de su cosecha. Es una muestra de agradecimiento y fidelidad que el creador ahora sí pide. No aparece ningún texto en estos primeros capítulos del Génesis donde Dios pida o exija estas ofrendas, pero sí los encontramos más adelante cuando delineó para los israelitas un modo específico de acercarse a él con sacrificios, sacerdocio y hasta con santuarios para la ocasión. En vista de lo cual, es de suponer que después de la expulsión, Dios pidiera a Adán y a sus descendientes que les rindieran homenajes con ofrendas y sacrificios de animales, que, evidentemente, debían ser de lo mejor del rebaño del que dispusieran. A mejores ofrendas, más les proveería Dios en adelante.

Mediante estas muestras de lealtad, Dios buscaba tener un control de la conducta humana. Ahora ya habían perdido la perfección y eran conocedores del bien y del mal, su mente estaba expuesta al pecado. Caín daba muestras de debilidad. Muchos han interpretado que fue ruin y no ofreció lo mejor de su cosecha a Dios, pero quizás no fue esa la razón por la que su ofrenda no fue tenida en cuenta por el Creador, sino porque ya venía observando en él una conducta preocupante. Mediante el rechazo de su ofrenda Dios quiso dar a Caín una llamada de atención, fue amonestado y advertido de que el pecado estaba a sus puertas.

[nx_note note_color="#d7eff2"]8 Después de eso, Caín dijo a Abel su hermano: “Vamos allá al campo”. Y mientras estaban en el campo, Caín procedió a atacar a Abel su hermano y lo mató. 9 Más tarde Yahveh dijo a Caín: “¿Dónde está Abel tu hermano?”, y él dijo: “No sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”. 10 A lo cual él dijo: “¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu hermano está clamando a mí desde el suelo. 11 Y ahora se te maldice con destierro del suelo, que ha abierto su boca para recibir la sangre de tu hermano derramada por mano tuya. 12 Cuando cultives el suelo, no te devolverá su poder. Errante y fugitivo llegarás a ser en la tierra”. 13 Por lo cual Caín dijo a Yahveh: “Mi castigo por el error es demasiado grande para llevarlo. 14 Aquí efectivamente estás expulsándome hoy de sobre la superficie del suelo, y de tu rostro estaré oculto; y tendré que llegar a ser errante y fugitivo en la tierra, y es cosa segura que cualquiera que me halle me matará”. 15 Ante eso, Yahveh le dijo: “Por esa razón, cualquiera que mate a Caín tiene que sufrir venganza siete veces”. De modo que Yahveh estableció una señal para Caín a fin de que nadie que lo hallara lo hiriese. 16 Con eso, Caín se fue de ante el rostro de Yahveh y se puso a morar en la tierra de la Condición de Fugitivo, al este de Edén.[/nx_note]

¿Por qué Caín mató a su hermano

Si en el caso de Adán y Eva vimos cómo los humanos rompían su lealtad a Dios, en el caso de Caín y Abel vemos el deterioro de la relación entre los humanos mismos hasta llegar al asesinato. Dios ya había amonestado a Caín sobre su conducta, y advertido sobre la posibilidad de dejarse llevar por el pecado. Caín no fue capaz de dominar la envidia que sentía hacia su hermano Abel, y terminó matándolo. Al igual que sus padres sucumbieron ante la tentación de tener conocimiento del bien y del mal, Caín sucumbió ante la idea de hacer desaparecer a su hermano para ganarse el favor de Dios para él solo. ¿Solo? No, los hijos de Adán y Eva no eran solo Caín y Abel. No hay datos sobre si había más varones, pero sí evidencia de que había otras hermanas, una de las cuales era su esposa, que lo acompañó en el destierro, como veremos a continuación.

Las causas verdaderas de por qué Caín mató a su hermano seguramente no se limitan a una simple envidia ni rencillas a la hora de hacer ofrendas. Entre Caín y Abel debía haber disputas, posiblemente por las tierras, algo paradójico, si tenemos en cuenta que tenían toda la tierra para ellos solos, o para muy poca gente. Pero ya sabemos que habían sido expulsados del Paraíso, ellos ya habían nacido fuera de él. Las condiciones fuera del jardín no debían ser las más adecuadas para un agricultor y un ganadero. A veces, estas condiciones se han representado como tierras áridas y desérticas. No tenía por qué ser así. La tierra podía ser perfectamente una extensa selva, pero tanto en unas condiciones como en otras, Dios ya había dicho que tendrían que trabajarla con fatiga y con sudor.

Cuando Caín le dice a Abel: “vamos al campo”. Todos entendemos enseguida que se lo lleva con intención de matarlo, de cometer asesinato premeditadamente. Pero los hechos pudieron suceder de forma muy distinta. Abel tenía que saber adónde lo llevaba. Quizás marcharon a resolver un problema de límites entre tierras, unos problemas que, evidentemente no se resolvieron, y aquí la disputa debió llegar al momento de máxima tensión, Caín no pudo controlar todo el odio que ya sentía por su hermano, y lo mató. Todo esto, por supuesto, no son más que conjeturas, la verdadera razón no la sabrá nadie jamás.Cuando Dios pregunta por su hermano, Caín, al igual que hicieron sus padres cuando se les preguntó si habían comido del árbol prohibido, respondió ingenuamente que si acaso él era el guardián de su hermano. En el fondo sabía ya que lo habían pillado. El castigo por el crimen cometido no iba a ser suave. Nuevamente un destierro. Caín debía abandonar sus tierras de cultivo y dirigirse a un lugar lejos de allí. Además, era maldecido para que nunca más fuera agricultor, pues toda tierra que trabajase no produciría fruto y llegaría a ser errante en la tierra. Un castigo tan rotundo y cruel, que Caín llegó a protestar, argumentando que cualquiera que lo encontrara podría matarlo.

Pero, ¿quién podía encontrar a Caín? ¿Acaso ya había más gente merodeando por el mundo? Puede que otros hermanos ya hubieran marchado a otros lugares, o puede que simplemente temiera que salieran en su busca para vengar a Abel. Pero aquí Dios hace declaración de que solo él, y nadie más, debe impartir justicia. Declara que aquel que mate a Caín, será vengado siete veces. Y para que nadie osara tocarlo, procedió a marcarlo.Mucho se ha hablado de la famosa marca de Caín, pero lo cierto es que es más que probable que ni siquiera hubiera una marca física. Sin embargo, durante siglos se dio por hecho que la marca de Caín consistió en teñirle la piel de negro, y de ahí que muchos se vieran en el derecho de esclavizar a los descendientes del que cometió el primer crimen de la humanidad. Algo totalmente absurdo que hoy día siguen creyendo algunos. Lo cierto es que la marca seguramente fue la proclama en sí de que nadie osara atentar contra quien ya recibió su castigo. Una proclama, que como veremos, todos llegaron a conocer.

La descendencia de Caín

[nx_note note_color="#d7eff2"]17 Después Caín tuvo coito con su esposa, y ella quedó encinta y dio a luz a Enoc. Entonces Caín se ocupó en edificar una ciudad, y llamó la ciudad por el nombre de su hijo Enoc. 18 Más tarde, a Enoc le nació Irad. E Irad llegó a ser padre de Mehujael, y Mehujael llegó a ser padre de Metusael, y Metusael llegó a ser padre de Lamec. 19 Y Lamec procedió a tomar para sí dos esposas. El nombre de la primera fue Adá y el nombre de la segunda fue Zilá. 20 Con el tiempo, Adá dio a luz a Jabal. Él resultó fundador de los que moran en tiendas y tienen ganado. 21 Y el nombre de su hermano fue Jubal. Él resultó fundador de todos los que manejan el arpa y el caramillo. 22 En cuanto a Zilá, ella también dio a luz a Tubal-caín, forjador de toda clase de herramienta de cobre y de hierro. Y la hermana de Tubal-caín fue Naamá.[/nx_note]

A medida que avanzamos en el relato del Génesis podemos ver cómo se dan, no solo detalles de las generaciones que van naciendo descendientes de Caín, sino de la fundación de ciudades, e incluso de algunos de sus oficios y aficiones. Vemos cómo algunos son forjadores, por lo que ya conocían el cobre y el hierro. Y también conocían la música y los instrumentes para tocarla.

[nx_note note_color="#d7eff2"]23 Por consiguiente, Lamec compuso estas palabras para sus esposas Adá y Zilá: “Oigan mi voz, esposas de Lamec; presten oído a mi dicho: A un hombre he matado por haberme herido, sí, a un joven por haberme dado un golpe. 24 Si siete veces ha de ser vengado Caín, entonces Lamec setenta veces y siete”.[/nx_note]

Los primeros cantos, los primeros poetas. Y al margen de lo poético, el contenido nos rebela dos cosas: que el dictamen de Dios de que nadie podía atentar contra Caín era conocido por todos los habitantes de las tierras habitadas, y que el pecado seguía extendiéndose. Lamec, descendiente de Caín, resultó ser prepotente, ambicioso y altanero, que no solo se jactaba de haber matado a un hombre, sino que presumía de ser más grande que su antepasado Caín, un antepasado vivo, porque vivos seguían aún incluso los primeros habitantes sobre la tierra, aportando todavía hijos al mundo.

[nx_note note_color="#d7eff2"]25 Y Adán procedió a tener coito otra vez con su esposa, de modo que ella dio a luz un hijo y lo llamó por nombre Set, porque, según dijo ella: “Dios ha nombrado otra descendencia en lugar de Abel, porque Caín lo mató”. 26 Y a Set también le nació un hijo, y él procedió a llamarlo por nombre Enós. En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.[/nx_note]

Capítulo 5

[caption id="" align="alignnone" width="400"] Adán y Eva lloran la muerte de Abel - Bouguereau, 1888[/caption]

El libro de la descendencia de Adán

[nx_note note_color="#d7eff2"]1. Este es el libro de la descendencia de Adán. En el día que Dios creó a Adán, lo hizo a la semejanza de Dios. 2 Macho y hembra los creó. Después los bendijo, y por nombre los llamó Hombre en el día que fueron creados. 3 Y Adán siguió viviendo ciento treinta años. Entonces llegó a ser padre de un hijo a su semejanza, a su imagen, y lo llamó por nombre Set. 4 Y los días de Adán después de engendrar a Set llegaron a ser ochocientos años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 5 De modo que todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años, y murió.[/nx_note]

Adoradores y corruptos

El capítulo 4 termina con las palabras del versículo 26 diciendo “En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.” Y el presente capítulo continúa hablando del nacimiento de Set y la descendencia de éste. A medida que vamos leyendo vemos cómo hay dos líneas sucesorias hasta los tiempos de Noé, la de Caín, y la que pudo ser la de Abel, pero que fue la de Set. En una de ellas de sigue adorando al Creador, la otra, se corromperá por completo. ¿Quiere esto decir que no hubo otras genealogías? Por supuesto, ya se dice que “los días de Adán después de engendrar a Set llegaron a ser ochocientos años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas”, por lo tanto, hubo otros muchos hermanos que colaboraron a la población de la tierra, pero aquí, el Génesis se centra únicamente en los que siguieron fieles a quien los creó y quienes decidieron seguir con el desafío comenzado por la “serpiente”. Pero ya se hablará en otro momento de este tema.

Los primeros 130 años de la historia humana

Si nos estábamos preguntando cuántos años habían pasado en el momento en que hablábamos de la corrupción que ya azotaba a los pocos habitantes terrestres, ya tenemos la respuesta. Habían pasado 130 años, la edad que tenía Adán, cuando engendró a Set. No nos cuentan cuántos hijos tuvieron Adán y Eva, pero debieron ser bastantes, y para cuando Adán murió, hay cálculos que apuntan a que la tierra podía tener ya una población importante. ¿Cuántos podían ser? Vamos a hacer algunos cálculos. Supongamos que Caín, el primero, nación cuando Adán contaba 30 años. Supongamos que Eva se quedaba embarazada 5 veces cada 10 años. Al cabo de 50 años ya tendríamos 25 hijos de Adán. No se puede dar por hecho que Eva estuviera pariendo siempre a ese ritmo, por lo que, vamos a suponer que esos 25 hijos los parió en un periodo más amplio. Vamos a suponer que hasta el día en que concibió a Set hubiera dado a luz 30 hijos. Estamos hablando de un periodo de tiempo de 100 años. En esos 100 años, la primera pareja ya tendría muchos nietos. En los primeros 20 años seguramente nacieron los primeros. Y a partir de aquí cada año van a ir naciendo 2, 4, 8… hasta que al cabo de 50 años podía haber perfectamente unos 150 nietos, y al cabo de 100 muchos más nietos, y bisnietos. Así, muy por encima, cuando a Adán y Eva les vino al mundo Set, en ese mundo ya podía haber unas 4.500 – 5.000 personas.

A ese ritmo de crecimiento, cuando Adán murió a la edad de, nada menos de 930 años, la tierra podía contar con una cantidad exagerada de habitantes, aún teniendo en cuenta la mortandad por violencia y guerras, pues la muerte natural era escasa. Pero casi es del todo imposible creer que la humanidad creciera a ese ritmo, aunque por otro lado, por muchas suposiciones que se hagan, nunca se va a saber la cantidad de humanos que existían. Ahora, a estas alturas del relato de Génesis, lo único que sabemos, es que el primer humano en ser creado ha muerto a los 930 años de edad.

Creados de la misma tierra

Llegados a este punto, quedan atrás muchas incógnitas que a casi todos nos gustaría averiguar. Por ejemplo: ¿Tuvieron infancia Adán y Eva? ¿Cuánto tiempo vivieron en el jardín de Edén? ¿A qué edad tuvieron su primer hijo? Son preguntas que nadie nos va a responder, pero que, teniendo en cuenta ciertos detalles y aplicando la lógica, no nos será difícil llegar a algunas conclusiones, que podrán ser más o menos acertadas, pero como nunca lo sabremos, por imaginar que no quede. Empezando por el principio: ¿Tuvieron Adán y Eva infancia o ya nacieron adultos? Bueno, todos hemos dado siempre por hecho que Dios los creó adultos, jóvenes y de una fisonomía perfecta. Pero, ¿tuvo que ser necesariamente así? Adán se formó de la propia tierra, pero no necesariamente de la tierra tal como la encontramos al agacharnos y coger un puñado de ella, sino de un compuesto de minerales y otros elementos cuidadosamente seleccionados. Cualquier alteración en el porcentaje de elementos estropearía la creación o el funcionamiento del cuerpo, y eso podemos comprobarlo perfectamente en cada uno de nosotros, por ejemplo: cuando nos falta hierro. Una vez obtenidos los elementos, tuvieron que colocarse en el lugar idóneo para su mezcla y su correcta clasificación en la formación de las células y el futuro cuerpo. Ese lugar debía reunir las mismas condiciones que se dan en el interior del vientre materno. Un lugar especial y una mezcla de componentes especiales; los científicos hablan de probabilidades infinitamente pequeñas de que eso ocurriera. Pero ocurrió, todo por azar, por pura suerte, sin que nadie interviniera en el proceso, eso dicen. Todo un milagro. Y con esto se demuestra que los milagros existen.

Después del “milagro”, ¿qué pudo ocurrir? ¿Se formó un cuerpo adulto? Esa es la creencia más generalizada. Pero, ¿no sería más sensato pensar que del lugar donde se creó la vida humana salió un bebé? Nueve meses tarda en formarse, a partir de una sola célula, un pequeño cuerpo con las condiciones necesarias para respirar por sí mismo y sobrevivir, si se le suministran los cuidados necesarios. Claro que, ¿quién iba a dar los cuidados necesarios a un recién nacido sin padres? ¿Sin padres? Desde luego, si todo ocurrió por azar, allí, el recién nacido solo iba a encontrar la soledad, y por tanto, la muerte en cuestión de horas. Pero la Biblia habla de un creador, que con todo el esmero del mundo creó a su primer hijo terrestre. Si esto fue así, los mejores cuidados no le iban a faltar.

Hay además, un dato importante: una vez creado Adán, fue llevado a un lugar que reunía las mejores condiciones posibles, donde pudo crecer desnudo, es decir, con un clima idóneo donde no necesitaba ropa de abrigo; entre animales que no solo no eran un peligro para él, sino que pudieron ayudarlo en su crecimiento. Se han dado casos así en nuestros días que vienen a demostrar que esto es perfectamente posible, incluso en lugares que no eran precisamente un paraíso.

[caption id="" align="alignnone" width="518"] Adán y Eva, Cornelis van Haarlem[/caption]

La infancia de Eva

¿Y qué hay de Eva? El Génesis cuenta que fue clonada a partir de una costilla de Adán. Pero, ¿salió Eva hecha una mujer adulta? El Génesis dice que "Dios procedió a crear", pero no dice que fuera de forma instantánea. La clonación actual es un método científico capaz de crear en un laboratorio, a partir de unas células, un animal, y por consiguiente también a un ser humano, cuyo resultado sería un ser casi idéntico al cual se le han extraído las células. De todas formas, esa creación no consiste en formar un animal adulto. El ADN extraído al animal original se encargará de que el duplicado sea idéntico o muy parecido, pero tiene que pasar por la fertilización de una hembra que finalmente lo parirá. Incluso el día que existan laboratorios capaces de llevar a cabo el proceso completo sin necesidad de un animal hembra o de una mujer, todo comenzará igualmente a partir de una sola célula. Dios ya disponía de ese laboratorio donde creó a Adán, por lo tanto, no le fue difícil hacer un clon, pero de diferente sexo. Interesante el hecho de que en la Biblia se hable de reutilizar unos patrones que ya se habían creado. Un formato, unas instrucciones, un mecanismo ya utilizado en Adán. Todo estaba ya ahí escrito, en la gran enciclopedia que es el ADN, ¿para qué comenzar otra vez desde cero?

¿Y dónde fue creada Eva? ¿En el mismo jardín donde vivía Adán? Adán fue llevado allí después de ser creado, por lo que, se da a entender que nació en un lugar distinto. Eva debió ser creada en el mismo lugar, después de llevar hasta allí la costilla de Adán. Estamos hablando ya de una verdadera operación de cirugía. Dios hizo caer a Adán en un profundo sueño, y después de extraerle la costilla le cerró la carne. Sin pretender entrar en detalle, Adán probablemente no fue ni siquiera consciente de lo que le habían hecho, pero está claro que si la clonación llevó un proceso de meses, Eva no apareció de repente ante él ya como una adulta. Ahora la pregunta que nos viene a la cabeza es, ¿se crio en el jardín de Edén alrededor de Adán? ¿La cuidó Adán mismo? ¿O creció sola entre animales como él, para más tarde serle presentada? Solo sabemos lo que nos cuenta el Génesis: "después de ser creada fue llevada hasta Adán". Cada cual puede elegir la teoría que más le seduzca. Es bastante romántica la idea de que, años después de perder su costilla, un impaciente Adán ve un día aparecer en el Edén a una Eva adolescente y preciosa, y después de quedar admirado ante tal belleza, exclamara aquello de: "Esto es por fin hueso de mis huesos y carne de mi carne."

La vida en el Paraíso

Otra de las preguntas que nos hacíamos es: ¿Cuánto tiempo estuvieron en el jardín de Edén? Esta pregunta es también de difícil respuesta. Se supone que nada más nacer Adán fue trasladado allí, y que era muy joven cuando nació Eva. No pudo pasar mucho tiempo desde que ambos se juntaron hasta su expulsión del lugar, pues no les dio tiempo a tener hijos; Caín nació fuera del jardín. Pero, puesto que Adán vivió 950 años, ¿a qué edad se supone que fue adulto? ¿Se podía considerar Adán un adolescente ya con, por ejemplo, 15 o 16 años? No hay razón para pensar lo contrario, puesto que, toda persona se desarrolla hoy día más o menos en el mismo tiempo desde que nace, independientemente de su longevidad. Por lo tanto, podemos pensar que Adán, con 15 años, podía ser exactamente igual que un chico de nuestros días. ¿Y a qué edad decidiría Dios darle una pareja? Pudo ser a muy temprana edad. El Génesis cuenta que fue mientras Adán ponía nombre a los animales y esto nos da una pista. Está claro que Adán estaba aprendiendo. Dios lo estaba educando, como cualquier padre educa a su hijo. Fue trayéndole los animales -seguramente solo conocía a los que merodeaban por el jardín-, para que los conociera a todos y él mismo les pusiera nombre, para que fuera adquiriendo conocimiento de la vida y del mundo que había sido creado. Esta enseñanza debió comenzar a muy temprana edad, y a medida que iba creciendo, Dios decidió que ya era hora de ir preparándole una pareja. Y ese momento pudo ser también a muy temprana edad. Quizás al comienzo de la pubertad. Pongamos entre los 10 y los 12 años. Para cuando Adán tuviera sobre los 30 años o incluso antes, Eva sería ya adulta y podía serle presentada como esposa.

La luna de miel de la pareja en el jardín no debió durar demasiado. Dios les había dicho: “Procread y multiplicaos”. Adán debía estar más quemao que el palo un churrero, y nada más verla debió alzarse de manos, así que lo más seguro es que Eva echara humo los primeros días que llegó al jardín. Eva no debió tardar en quedar encinta, pero parió fuera del jardín, así que la tentación por parte de la serpiente, desobediencia y posterior expulsión pudieron acontecer casi inmediatamente después de la llegada de Eva ante Adán. Notemos el hecho de que Satanás esperó a que Eva estuviera junto a Adán para su intento de rebelarlos contra su creador. Notemos también que la proposición fue a ella, y no a Adán. De haber sido una recién nacida, no hubiera tenido el razonamiento suficiente como para reaccionar ante algo que ella no hubiera entendido. Esto viene a reforzar la propuesta teoría de que sí tuvo infancia, como seguramente la tuvo Adán. Pero al mismo tiempo, ella era una adolescente ingenua, fácil de convencer. Adán llevaba más tiempo en la tierra, más maduro y con más conocimiento, seguramente se hubiera negado. Entonces, la combinación perfecta era convencer a la inocente Eva, para que ella, con sus encantos, convenciera al enamorado y embobado Adán. La jugada le salió perfecta a Satanás.

La conclusión es que, Adán no vivió en el paraíso más de 30 años desde su nacimiento, Eva, probablemente, entre 16 a 18 años; y juntos, no más de unos cuantos meses. Para el tiempo que nos ocupa en este capítulo, cuando fue engendrado Set, Adán y Eva llevaban viviendo al este del Edén unos 100 años. Y aunque la Biblia rara vez habla de la edad de las mujeres, Eva debía tener entre 116 y 118 años cuando quedó embarazada del hijo cuya descendencia sería la que hubiera podido ser la descendencia de Abel.

La descendencia de Set

[nx_note note_color="#d7eff2"]6 Y Set siguió viviendo ciento cinco años. Entonces llegó a ser padre de Enós. 7 Y después de engendrar a Enós, Set continuó viviendo ochocientos siete años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 8 De modo que todos los días de Set ascendieron a novecientos doce años, y murió. 9 Y Enós siguió viviendo noventa años. Entonces llegó a ser padre de Quenán. 10 Y después de engendrar a Quenán, Enós continuó viviendo ochocientos quince años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 11 De modo que todos los días de Enós ascendieron a novecientos cinco años, y murió. 12 Y Quenán siguió viviendo setenta años. Entonces llegó a ser padre de Mahalalel. 13 Y después de engendrar a Mahalalel, Quenán continuó viviendo ochocientos cuarenta años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 14 De modo que todos los días de Quenán ascendieron a novecientos diez años, y murió. 15 Y Mahalalel siguió viviendo sesenta y cinco años. Entonces llegó a ser padre de Jared. 16 Y después de engendrar a Jared, Mahalalel continuó viviendo ochocientos treinta años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 17 De modo que todos los días de Mahalalel ascendieron a ochocientos noventa y cinco años, y murió. 18 Y Jared siguió viviendo ciento sesenta y dos años. Entonces llegó a ser padre de Enoc. 19 Y después de engendrar a Enoc, Jared continuó viviendo ochocientos años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 20 De modo que todos los días de Jared ascendieron a novecientos sesenta y dos años, y murió. 21 Y Enoc siguió viviendo sesenta y cinco años. Entonces llegó a ser padre de Matusalén. 22 Y después de engendrar a Matusalén, Enoc siguió andando con el Dios [verdadero] trescientos años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 23 De modo que todos los días de Enoc ascendieron a trescientos sesenta y cinco años. 24 Y Enoc siguió andando con el Dios [verdadero]. Entonces no fue más, porque Dios lo tomó. 25 Y Matusalén siguió viviendo ciento ochenta y siete años. Entonces llegó a ser padre de Lamec. 26 Y después de engendrar a Lamec, Matusalén continuó viviendo setecientos ochenta y dos años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 27 De modo que todos los días de Matusalén ascendieron a novecientos sesenta y nueve años, y murió. 28 Y Lamec siguió viviendo ciento ochenta y dos años. Entonces llegó a ser padre de un hijo. 29 Y procedió a llamarlo por nombre Noé, diciendo: “Este nos traerá consuelo [aliviándonos] de nuestro trabajo y del dolor de nuestras manos que resulta del suelo que Jehová ha maldecido”. 30 Y después de engendrar a Noé, Lamec continuó viviendo quinientos noventa y cinco años. Entretanto, llegó a ser padre de hijos e hijas. 31 De modo que todos los días de Lamec ascendieron a setecientos setenta y siete años, y murió. 32 Y Noé llegó a tener quinientos años de edad. Después Noé llegó a ser padre de Sem, Cam y Jafet.[/nx_note]


Capítulo 6

La corrupción de la humanidad

[nx_note note_color="#d7eff2"]1. Ahora bien, sucedió que comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2 y observando los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, se procuraron esposas de entre todas las que más les placieron. 3 Dijo entonces Jehová: “Mi espíritu no perdurará con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; serán sus días ciento veinte años. 4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. 5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.[/nx_note]

Si Matusalem tenía 187 años cuando fue padre de Lamec, y Lamec 182 cuando fue padre de Noé, tenemos a Matusalem con 369 años cuando nació Noé. Si, como dice el Génesis, el diluvio aconteció en el año 600 de Noé, 369+600 nos da la edad a la que murió Matusalem, justo el año del diluvio. Un acontecimiento del que muchos han intentado calcular su fecha desde los tiempos de Jesucristo hacia atrás, pero que sabemos exactamente cuándo ocurrió desde el nacimiento de Adán hacia adelante. Teniendo en cuenta las fechas de la genealogía hasta Noé, el diluvio tuvo lugar 1.656 años desde el nacimiento de Adán.

Año Nace Muere Años vividos
0 Adán    
130 Set    
235 Enós    
325 Quenán    
395 Mahalalel    
460 Jared    
622 Enoc    
687 Matusalem    
874 Lamec    
930   Adán 930
987   Enoc 365
1056 Noé    
1140   Enós 905
1142   Set 912
1165   Quenan 840
1290   Mahalalel 895
1422   Jared 962
1651   Lamec 777
1656 año del diluvio   Matusalem 969

A través de un árbol genealógico de casi 1000 años desde que Adán engendró a Set, hemos llegado a los días de Noé, nacido 126 años después de la muerte de Adán. Habían pasado 1.056 años desde que Dios lo creó. La humanidad continuaba su rápida expansión a la vez que el pecado derivado de Adán continuó a través de los descendientes de Caín hasta la corrupción absoluta. A todo este caos vino a sumarse algo nuevo: a la tierra descendieron unos seres extraterrestres y se mezclaron con ellos. Puede sonar a broma, pero los llamados “hijos de Dios” no eran otra cosa que los primeros seres creados en el universo, antes que los humanos, los también llamados ángeles. Le podemos llamar de muchas maneras, pero aquellos seres no eran terrestres. Unos seres que observaban cuanto ocurría en la tierra y que sintieron deseo de mezclarse con la humanidad, y decidieron tomar por esposas a las mujeres. Estamos hablando de una nueva rebelión contra el Dios creador. Satanás, en su momento, había cogido forma de serpiente, pero los ahora recién llegados, si querían convivir con mujeres, no podían adoptar otra forma que la humana.

En más de una ocasión vamos a encontrar en la Biblia a algún gigante, como Goliat. Se habla de alturas de entre los 2 metros y medio y cercanas a los 3, Aunque Goliat y los demás gigantes mencionados después del diluvio no eran de la raza de los Nefilim que ahora nos ocupa. Se habla de que los descendientes de estos ángeles llegaron a ser gigantes y gente valiente y de renombre. Está claro que la talla desmesurada que poseían les ayudó a ser más fuertes que los demás, y gente de renombre y próspera. Pero aquella raza, junto con todas las demás, estaba próxima a su fin. Dios vio el caos en que se había convertido su creación terrestre, una corrupción que ya salpicaba también a sus hijos celestiales. Y entonces se arrepintió de haber creado a los humanos y decidió exterminarlos junto a toda especie animal viviente . Aunque... todavía decidió darles otra oportunidad.

El libro apócrifo de Enoc 

Es una pena que el libro del Génesis no nos hable algo más acerca de los ángeles que bajaron a la tierra, los llamados ángeles caídos. Existe, sin embargo, un libro que nos da muchos más detalles sobre este tema: el libro de Enoc. Lo que ocurre, es que el libro de Enoc es un libro apócrifo. Los libros apócrifos, son aquellos que no se reconocen como auténticos. Existen una serie de ellos que los judíos nunca consideraron parte del antiguo testamento y que la Iglesia Católica, sin embargo, los aceptó como de inspiración divina, aunque más tarde muchas otras religiones cristianas terminaron por descartarlos. El libro de Enoc es un caso aparte, porque no está aceptado por ninguna religión cristiana y solamente se encuentra en la Biblia de la iglesia ortodoxa etíope. La no aceptación de este libro entre los cristianos tiene su razón de ser, pues no está clara su procedencia. En la actualidad se cree que fue escrito por los judíos entre los siglos III a. C. y I. Se trata de un libro de corte profético apocalíptico y en sus capítulos del 6 al 36 nos cuenta lo que supuestamente ocurrió con aquellos ángeles a los que también se les llama vigilantes.

«Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos" Entonces Shemihaza que era su jefe, les dijo: "Temo que no queráis cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran pecado". Pero ellos le respondieron: "Hagamos todos un juramento y comprometámonos todos bajo un anatema a no retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo realmente". Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto los unos con los otros, bajo anatema. Y eran en total doscientos los que descendieron sobre la cima del monte que llamaron "Hermon", porque sobre él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema. Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el. Estos son los jefes de decena.»

En este capítulo 6 nos cuenta la misma historia que el Génesis, con algo más de detalle, diciéndonos incluso los nombres de aquellos cabecillas que indujeron a los demás a desobedecer la orden de Dios de no bajar nunca a la tierra. La misión de los llamados vigilantes, por lo visto, era la de observar el comportamiento humano en la tierra. A partir de aquí, la historia continúa y se cuenta muchos más: “Todos tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas.” Algunos han querido ver aquí la bajada de extraterrestres (que en verdad lo eran) a darles instrucciones y enseñarles todo lo esencial a los humanos, y en definitiva, a civilizar la tierra. Sin embargo, la brujería y la magia es algo que la Biblia condena de forma rotunda. En cualquier caso, la bajada de los ángeles vigilantes no trajo nada bueno a la tierra.

El relato continúa diciendo: “Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron; y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles. Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos; y empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces del mar y se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.” El resultado de aquella mezcla entre ángeles y mujeres fue el de unas criaturas que por su poder físico y su naturaleza malvada fueron poderosos y avasallaron a los hombres. Y ya sea en lenguaje simbólico o de forma literal, aquellos seres llegaron a ser auténticos devoradores de hombres y animales hasta arruinar la tierra. Aquí podemos ver cómo se les enseña a los humanos a elaborar herramientas de hierro, el cobre, el oro y la plata: “Y 'Asa'el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes y otros adornos.” E inmediatamente después cuenta lo siguiente: “Y entonces creció mucho la impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a corromperse en todas las formas.” Estamos viendo un paralelismo con lo que ocurrió en el jardín de Edén. La serpiente, o sea, Satanás, un ángel, probablemente también un vigilante, se las apañó para convencer a los únicos dos humanos para que comieran del árbol que les abrió los ojos al bien y al mal. Las consecuencias ya las sabemos. Ahora nos encontramos con algo mucho más grande, a mayor escala, los vigilantes enseñan a los hombres a fabricar armas. El resultado, aunque resumido, ya puede verse también.

Hay quienes quieren ver en esto una especie de experimento fallido. La vida extraterrestre llega a la tierra, donde un ser supremo crea una amplia fauna, incluída la especie humana, que no deja de ser un animal más, y nunca considerados hijos de Dios, al menos al mismo nivel que los hijos celestiales. Satanás habría saboteado el experimento dotando al hombre de inteligencia, haciéndolo conocedor de la ciencia, de lo bueno y de lo malo. La humanidad se encontraría ahora en un estado de vigilancia, la inteligencia era un arma peligrosa dada a unos animales que ahora querían ser como Dios. La cosa se complica cuando aquellos vigilantes contemplan y llegan a desear a las hijas de los hombres. ¿Se desvela en este hecho el verdadero sexo de los ángeles? Porque en ningún caso se cuenta que hubiera ángeles que desearan a los hijos, sino solo a las hijas de los hombres. Imaginación sobre estos hechos contados, tanto en el Génesis como en este apócrifo de Enoc, no falta. Sin embargo, estas creencias solo encajan a medias en el contexto general de lo que cuenta la Biblia; y como muestra, la declaración de que Dios crea al hombre a su imagen y semejanza.Y a todo esto, allá “arriba”, ¿nadie hacía nada para remediar la catástrofe que se estaba viviendo en la tierra?

“Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de la injusticia y de la violencia que se cometía sobre ella". Al ver lo que ocurría en la tierra, estos cuatro seres celestiales deciden acudir hasta Dios a pedirle que parara aquel sinsentido: "Tú has visto lo que ha hecho 'Asa'el, cómo ha enseñado toda injusticia sobre la tierra y revelado los secretos eternos. Y ahora mira que las almas de los que han muerto gritan y se lamentan hasta las puertas del cielo. Pero tú que conoces todas las cosas antes de que sucedan, tú que sabes aquello, tú los toleras y no nos dices qué debemos hacer al observar eso". Atención porque, según este libro, los cuatro ángeles no solo fueron a pedirle a Dios que actuara por los humanos, sino que le estaban echando en cara su pasividad. Pero he aquí que se encuentran con que Dios ya tiene tomada una decisión: “Entonces el Altísimo, Grande y Santo habló y envió a Sariel al hijo de Lamec. Y le dijo: Ve hacia Noé y dile en mi nombre, 'escóndete'; y revélale la consumación que viene, pues la tierra entera va a perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.” “Y además, el Señor le dijo a Rafael: Encadena a 'Asa'el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que está en Dudael y arrójalo en él; bota sobre él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del Juicio que sea arrojado al fuego.”

Dios manda a Gabriel a proceder contra los “bastardos y réprobos hijos de la fornicación”, los hijos de los vigilantes, los gigantes. Gabriel deberá desencadenar una guerra entre ellos para que terminen autodestruyendose. y haz desaparecer a los hijos de los Vigilantes de entre los humanos y hazlos entrar en una guerra de destrucción, pues no habrá para ellos muchos días. Es esto, además, un castigo para los vigilantes, que verán desaparecer de la tierra a sus propios hijos. La sentencia es firme: “Ninguna petición en su favor será concedida.”

A Miguel le será encomendada la misión de anunciar a Shemihaza y a todos sus cómplices que sus hijos perecerán y ellos verán la destrucción, y a continuación, ellos mismos serán encadenados durante setenta generaciones en los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio. También podemos ver aquí una analogía con el mito de los titanes, gigantes de la mitología griega que luchan entre ellos hasta dejar semidestruido el mundo y la bóveda celeste a punto de venirse abajo, aunque el final de los titanes es muy distinto al que veremos aquí. Pero quién sabe si los griegos trataban de contar la misma historia. Después de este anuncio de castigo, el libro de Enoc lanza una serie de buenas nuevas, que vendrán después de ese juicio final: "Y en esos días abriré los tesoros de bendición que están en el cielo, para hacerlos descender sobre la tierra. Y la paz y la verdad estarán unidas todos los días del mundo y por todas las generaciones.” Pero antes...

Enoc, bisabuelo de Noé, era un hombre bueno que se había ganado el favor de Dios, y según el libro que supuestamente él mismo escribió, fue llamado por “el Vigilante del gran Santo” y le dijo: "Enoc, escriba de justicia, ve a los Vigilantes del cielo que han abandonado las alturas y hazles saber que así como gozaron, ellos verán la muerte de sus bienamados y llorarán por la pérdida de sus hijos y suplicarán eternamente, pero no habrá para ellos misericordia ni paz". Enoc salió en busca de los vigilantes y así se lo hizo saber a 'Asa'el: "No habrá para ti ni tregua ni intercesión a causa de todas las obras de impiedad, violencia y pecado que has enseñado a los humanos.”

Ante el comunicado de Enoc “todos temieron y se espantaron y el temblor se apoderó de ellos. Me suplicaron que elevara una petición por ellos -cuenta Enoc- para que pudieran encontrar perdón por sus pecados y que la leyera en presencia del Señor del cielo. Porque desde entonces ellos no pueden hablar a Dios ni levantar sus ojos al cielo, debido a la vergüenza por los crímenes por los cuales fueron condenados.” Enoc entonces toma nota de cuantas peticiones hace cada uno de lo vigilantes a Dios y luego se retira a orillas del río Dan, y mientras repasa el libro donde tiene todo anotado se queda dormido, y en sueños, es transportado hasta “las puertas del palacio del cielo”. Enoc no ahorra en detalles sobre su viaje y lo que le aconteció en él:

«He aquí que las nubes me llamaban, la neblina me gritaba y los relámpagos y truenos me apremiaban y me despedían y en la visión los vientos me hacían volar, me levantaban en lo alto, me llevaban y me entraban en los cielos. Entré en ellos hasta que llegué al muro de un edificio construido con piedras de granizo, rodeado y cercado completamente con lenguas de fuego que comenzaron a asustarme. Entré por esas lenguas de fuego hasta que llegué a una casa grande construida con piedras de granizo y su suelo también de nieve Su techo era como relámpagos y trueno y entre ellos querubines de fuego y su cielo era de agua. Un fuego ardiente rodeaba todos sus muros. Entré en esta casa que era caliente como fuego y fría como nieve. No había en ella ninguno de los placeres de la vida. Me consumió el miedo y el temblor se apoderó de mí.

Tiritando y temblando caí sobre mi rostro y se me reveló una visión: He aquí que vi una puerta que se abría delante de mí y otra casa que era más grande que la anterior, construida toda con lenguas de fuego. Toda ella era superior a la otra en esplendor, gloria y majestad, tanto que no puedo describirlo. Su piso era de fuego y su parte superior de truenos y relámpagos y su techo de fuego ardiente. Me fue revelada y vi en ella un trono elevado cuyo aspecto era el del cristal y cuyo contorno era como el sol brillante y tuve visión de querubín. Por encima del trono salían ríos de fuego ardiente y yo no resistía mirar hacia allá. La Gran Gloria tenía sede en el trono y su vestido lucía más brillante que el sol y más blanco que cualquier nieve; ningún ángel podía entrar y verle la cara debido a la magnífica Gloria y ningún ser de carne podía mirarlo. Un fuego ardiente le rodeaba y un gran fuego se levantaba ante Él. Ninguno de los que le rodeaba podía acercársele y multitudes estaban de pie ante Él y Él no necesitaba consejeros. Y las santidades de los santos que estaban cerca de Él no se alejaban durante la noche ni se separaban de Él. Yo hasta este momento estaba postrado sobre mi rostro, temblando y el Señor por su propia boca me llamó y me dijo: "Ven aquí Enoc y escucha mi Palabra". Y vino a mí uno de los santos, me despertó, me hizo levantar y acercarme a la puerta e incliné hacia abajo mi cabeza.»

Entonces Enoc siente que Dios le habla: "No temas Enoc, hombre de justo, escriba de justicia; acércate y escucha mi voz. Ve y dile a los Vigilantes del cielo que te han enviado a suplicar por ellos: A vosotros corresponde interceder por los humanos y no a los humanos por vosotros”. Enoc vuelve de su “viaje” y cuenta a los vigilantes el resultado de su intercesión por ellos. No trae buenas noticias: “Vigilantes: yo escribí vuestra petición y en una visión se me reveló que no será concedida nunca y que habrá juicio por decisión y decreto contra vosotros, que a partir de ahora no volveréis al cielo.”

Tal como ocurrió con Adán y Eva cuando Satanás los indujo a rebelarse contra su creador, no hubo perdón ni para los inductores ni para los inducidos. Satanás recibió su castigo, los humanos desterrados del paraíso y sentenciados a alimentarse con sudor todos los días de su vida para finalmente morir. Ahora, los ángeles caídos son desterrados para siempre del cielo y encerrados. A los humanos no les espera nada mejor, pues sobre ellos caerá un gran diluvio que los borrará de sobre la faz de la tierra. Y nadie escapará del juicio final.

[nx_note note_color="#d7eff2"]8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. 9 Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. 10 Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. 11. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. 12. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.[/nx_note]

Violencia en la tierra

“Noé halló gracia ante los ojos de Jehová”. La descendencia de Set llega fiel a estos días corruptos. Está claro que no todos, pues solo Noé halló gracia. Y con él, sus tres hijos y esposas. Ellos sería los encargados de repoblar de nuevo el mundo, después de lo que se avecinaba. No se sabe si Dios le comunicó a Noé el tiempo que le quedaba a la humanidad, pero en el versículo 3 parece que lo deja claro: ciento veinte años. Algunos interpretan aquí que Dios lo que dice es que a partir del diluvio le acorta la vida a los humanos para que no vivan más allá de los ciento veinte años. Pero después del diluvio la gente sobrepasaba sobradamente esa cifra y en adelante se fue acortando hasta no sobrepasar los 70. Está claro que lo que Dios declaró fue que había tomado la determinación de arrasar la tierra en ese plazo de tiempo.

Dios manda construir el arca

[nx_note note_color="#d7eff2"]14. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. 15. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. 16. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero. 17. Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. 18. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. 19. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán. 20. De las aves según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida. 21. Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos. 22. Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.[/nx_note]

El artilugio que salvaría, no solo a sus ocho ocupantes humanos, sino a todas las especies animales existentes en el mundo, debía ser una enorme arca de madera. Nada que se pareciera a un barco, sin proa ni popa, ni timón y de fondo plano, pues no se trataba de navegar, sino simplemente de flotar y dejarse llevar a la deriva. De unos 150 metros de largo, 25 de ancho y 15 de altitud, nos da las proporciones utilizadas en la navegación moderna y el equivalente a un buque de carga de 14.450 toneladas. La división en tres pisos nos da una superficie útil de unos 40 mil metros cúbicos de espacio interior. Aun así, ¿era suficiente para acoger una pareja de las más de 1 millón de especies existentes en la tierra, con la comida necesaria para alimentarlos durante un año? La mayoría de estudios (unos serios y otros no tanto) coinciden en que no, no sería suficiente. Y además, señalan en que un arca de madera de ese tamaño se partiría en pedazos nada más comenzar a flotar. Otros, más pesimistas apuntan a que ni siquiera flotaría y que es imposible que el agua no penetrara en su interior por algún orificio por la imposibilidad de impermeabilizar tantos metros cuadrados de madera. Y por supuesto, hay otros estudios que dan resultados positivos y afirman que sí, que todo lo que afirma el Génesis al respecto fue posible.

Capítulo 7

El diluvio

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Después de eso Yahveh dijo a Noé: “Entra, tú y tu familia en el arca, porque es a ti a quien he visto justo delante de mí en medio de esta generación. 2 De toda bestia limpia tienes que tomar para ti de siete en siete, el macho y su hembra; y de toda bestia que no es limpia solamente dos, el macho y su hembra; 3 también de las criaturas voladoras de los cielos de siete en siete, macho y hembra, para conservar viva prole sobre la superficie de toda la tierra. 4 Porque dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”. 5 Y Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Yahveh.[/nx_note]

El versículo 2 viene a complicar todavía más las cosas a quienes no creen que cupieran tantos animales en el arca. De toda bestia limpia se tomarán de siete en siete. Tradicionalmente siempre se ha creído que Noé metió en el arca una pareja, pero he aquí este versículo que habla de siete. Algunos interpretan que son siete parejas, pero otros interpretan que Dios habla de siete animales, que serían tres parejas más un séptimo del que no sabríamos el sexo. Los animales puros e impuros en la Biblia es un tema debatido y expuesto a diferentes interpretaciones. Se diferenciarían unos de otros en las pezuñas, en que sean o no rumiantes, o en ser reptiles o mamíferos. En las ofrendas o sacrificios, por ejemplo, Yahveh exige animales puros.

Luego está el tema de la recogida de los animales, fueran dos o fueran siete, ¿cómo pudo Noé buscar y conducir hasta el arca a tantos miles de especies? Bueno, quizás no tuvo que preocuparse de tal menester. De todos es sabido que los animales tienen su propio sentido de migración y orientación, de presentir incluso catástrofes. Yahveh tuvo necesariamente que inducirlos al éxodo que los llevaría hasta el lugar exacto donde se encontraba el arca esperándoles, pues de lo contrario, entre Noé y sus hijos no hubieran podido jamás llevar a cabo tal hazaña. Para cuando Yahveh le avisó que los introdujera en el arca, ya debían estar todos esperando en los alrededores dispuestos a entrar. ¿Pero, cabían todos? Entrando un poco en detalle, se puede decir que existen algo más de un millón de especies descritas; aunque se calcula que puedan existir unos 8 millones, aunque las que quedan por describir son en su inmensa mayoría insectos. Por lo tanto, vamos a quedarnos con este millón y 200 mil aproximado que ya se ha descrito. De todas ellas, unas 4.300 son mamíferos, 9.200 aves y los reptiles los componen unas 9.000. Lo demás son insectos, peces y demás especies marinas, con lo que, si apartamos los insectos, que ocuparían un espacio mínimo, la cosa se reduce a un 30%, unas 400 mil especies, o menos. De los mamíferos habría que restar las grandes ballenas, delfines y demás; y entre las especies terrestres, no todas ocupan el espacio de un elefante. Están los ratones, ardillas… Y entre las aves ocurre lo mismo, no todo son águilas, sino que están los pájaros de mínimo tamaño. A todo esto, hay que apuntar, a que Dios dijo parejas de cada especie. Algunos investigadores apuntan a que no era necesario meter todos los géneros existentes, sino que a partir de una única especie se desarrollarían luego todas las razas existentes en la actualidad. Si esto es así, el número de especies que entraron en el arca se reduce bastante.

¿Y los peces? Todos damos por hecho que los peces no se pueden ahogar, por lo que, no tuvieron ningún problema ante una inundación de esas dimensiones. Lo que muchos no se han parado a pensar es que existen peces de agua salada y de agua dulce que cambiándoles el índice de salinidad pueden morir. Una caída masiva de agua del cielo junto a los manantiales que brotaron de forma violenta de debajo de la tierra habrían alterado la salinidad del agua que ya se encontraba en los océanos. Ese es un misterio difícil de resolver. Solo sabemos que hoy existen multitud de especies que se adaptan a uno u otro entorno. También sabemos, por los fósiles encontrados en los grandes depósitos sedimentarios que se encuentra por todos los rincones del mundo, que miles de especies, no solo terrestres, sino marinas, perecieron y desaparecieron para siempre. Tal vez las especies que existen hoy día provienen de las que sobrevivieron a la catástrofe.

¿Y qué hay de las plantas? ¿Pudieron sobrevivir todas debajo del agua más de un año? Otro misterio por resolver y que muchos aportan como prueba a que el diluvio es un mito, pues no creen que quedara ninguna planta viva sumergida en agua durante un año, o mucho más tiempo. Pero eso, es una afirmación que no se sostiene por carecer de fundamento. El medio marino es un medio donde la vida fluye a raudales, no solo la vida animal, sino la vegetal. Lo mismo que ocurrió con los peces, pudo haber ocurrido con las plantas, muchas de ellas quizás se desarrollaron a partir de las semillas que fueron quedando dispersas por toda la tierra, cuando el agua fue retirándose. Y muchas de esas semillas, eran casi con seguridad, semillas terrestres conservadas en agua salada durante aquel año. ¿Y quién puede afirmar que Noé no guardó en el arca varias especies de semillas, de las cuales se fueron desarrollando otras muchas especies? Es más que seguro que Noé guardó semillas para cosechar una vez bajaron del arca, porque, y eso sí que también es seguro, al poner pie en tierra, no habría nada que llevarse a la boca. Y ese quizás fue también uno de los motivos por los que Yahveh le dijo que cogiera siete ejemplares de cada especie pura, para poder comer hasta darle tiempo a sembrar y recoger la primera cosecha.

Los manantiales fueron rotos y las compuertas del cielo abiertas

[nx_note note_color="#d7eff2"]6 Y Noé tenía seiscientos años de edad cuando ocurrió el diluvio de aguas sobre la tierra. 7 De modo que entró Noé, y con él sus hijos, y su esposa, y las esposas de sus hijos, en el arca antes de que empezaran las aguas del diluvio. 8 De toda bestia limpia y de toda bestia que no es limpia, y de las criaturas voladoras y de todo lo que se mueve sobre el suelo, 9 entraron de dos en dos a donde Noé en el arca, macho y hembra, tal como Dios había mandado a Noé. 10 Y a los siete días resultó que las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. 11 En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el día diecisiete del mes, en este día fueron rotos todos los manantiales de la vasta profundidad acuosa, y las compuertas de los cielos fueron abiertas. 12 Y siguió la fuerte precipitación sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. 13 En ese mismo día entró Noé y con él Sem y Cam y Jafet, los hijos de Noé, y la esposa de Noé y las tres esposas de sus hijos en el arca; 14 ellos y toda bestia salvaje según su género, y todo animal doméstico según su género, y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra según su género, y toda criatura voladora según su género, todo pájaro, toda criatura alada. 15 Y siguieron yendo a Noé dentro del arca, de dos en dos, de toda clase de carne en la cual estaba activa la fuerza de vida. 16 Y los que iban entrando, macho y hembra de toda clase de carne, entraron, tal como le había mandado Dios. Después Yahveh cerró tras él la puerta.[/nx_note]

En el capítulo 1, en el segundo día de la creación leíamos: “haya un firmamento en medio de las aguas y separe unas aguas de otras. Hizo pues, Dios el firmamento y las aguas que había por encima de este” Más tarde, en el capítulo 2 dice: “Yahveh Elohim no había hecho llover sobre la tierra. Pero una neblina subía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.” Ahora, estas aguas que había encima del firmamento caían sobre la tierra, a la vez que la neblina que subía de debajo de ella se convertía en desbordantes manantiales. ¿Qué estaba ocurriendo? Estamos hablando de una tierra primitiva en la que se había creado, entre dos capas de agua -tres, si contamos los océanos- una atmósfera de aire. El núcleo y el manto terrestre, con sus altísimas temperaturas expulsaban (y siguen expulsando en la actualidad) enormes cantidades de vapor de agua. Parte de esta agua se acumuló en la superficie sobre las partes más profundas de la corteza terrestre formando los océanos. Otra parte quedó atrapada bajo la propia corteza terrestre formando grandes depósitos, parte de ella en estado gaseoso, que subía filtrándose hacia el exterior. Y mucho más arriba, en las partes más altas de la atmósfera, una capa de vapor de agua cubría todo el planeta. No podía ser demasiado densa, pues podían verse las estrellas, pero sí debía ser muy ancha, pues contenía una cantidad de agua suficiente para que lloviera torrencialmente durante 40 días y 40 noches. Esta capa de vapor de agua no tenía nada que ver con las nubes que forman parte del ciclo del agua actualmente. Los estudiosos del tema afirman quizás estos ciclos todavía no existían y por lo tanto, hasta ese momento, nunca había llovido.

La capa de agua que circundaba la tierra producía sobre ésta un efecto invernadero que hacía que en todo el planeta hubiera un clima cálido, no se sabe a hasta qué punto las estaciones producían cambios de temperatura, pero los polos seguramente no existían. Unos polos que absorberían gran parte del agua que estaba por caer. Pero esta capa de agua, además, tenía otra función bastante importante, según se afirma, la de proteger a los humanos de las radiaciones solares. Las altas temperaturas del sol hacen que en su interior se produzcan constantemente fusiones nucleares que emiten radiaciones que llegan a la tierra. La atmósfera actual y en especial la capa de ozono absorben gran cantidad de estas radiaciones hasta dejarlas en un nivel aceptable, lo suficiente para que la vida sea posible, pero no completamente, por lo que, muchos creen que aquella capa protectora era, en parte, la responsable de que los humanos pudieran vivir hasta sobrepasados los 900 años. Una vez perdida aquella capa protectora, las células, no solo las de la piel, comenzarían a dañarse más fácilmente, provocando así una pérdida considerable en la longevidad humana.

La tierra cubierta por las aguas

[nx_note note_color="#d7eff2"]17 Y el diluvio siguió sobre la tierra por cuarenta días, y las aguas siguieron aumentando y empezaron a llevar el arca, y esta estaba flotando muy por encima de la tierra. 18 Y las aguas se hicieron anegadoras y siguieron aumentando mucho sobre la tierra, pero el arca siguió yendo sobre la superficie de las aguas. 19 Y a grado tan grande anegaron la tierra las aguas que todas las altas montañas que estaban debajo de todos los cielos quedaron cubiertas. 20 Hasta quince codos por encima las anegaron las aguas, y las montañas quedaron cubiertas. 21 De modo que expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas voladoras y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad. 22 Todo lo que tenía activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto había en el suelo seco, murió. 23 Así borró él toda cosa existente que había sobre la superficie del suelo, desde hombre hasta bestia, hasta animal moviente y hasta criatura voladora de los cielos, y fueron borrados de sobre la tierra; y solo Noé y los que con él estaban en el arca siguieron sobreviviendo. 24 Y las aguas continuaron anegando la tierra por ciento cincuenta días.[/nx_note]

¿Pudo caer tanta agua del cielo y brotar del suelo en cantidad suficiente para dejar todo el planeta cubierto? La respuesta más común es que eso es imposible. Pero una respuesta tan contundente no es la adecuada para un tema que ofrece tantos indicios de haber ocurrido. La Biblia no da detalles, al menos no los suficientes; simplemente dice que cayó y brotó mucha agua, aunque también cuenta de dónde salió.

Para empezar, es un error pensar que en aquel tiempo la tierra era como la conocemos ahora. Hay que insistir en que se habla de una tierra primitiva. El problema es que el diluvio, los que intentan creer en él, lo fechan en algunos miles de años atrás. Nadie se pone de acuerdo, los hay que hablan de solo 900 años antes de C. y quien cree que fue hace 9.000. Y claro, aquí está el problema, pues cuando los geólogos hablan de cambios en la corteza terrestre o formación de cadenas montañosas siempre hay de por medio millones de años. Un ejemplo: en lo más alto del monte Everest se han encontrado conchas marinas, indicio de que esa zona fue cubierta de agua alguna vez. El agua no tuvo por qué subir tan arriba, más bien fue el suelo de la montaña el que estuvo hundido. Pero si los geólogos afirman que el Himalaya se formó por la colisión de placas tectónicas hace nada menos que 70 millones de años, la teoría de que fue cubierta por el diluvio se va al traste. Solo hay acuerdo en que para que la tierra pudiera ser cubierta por el diluvio las altas montañas de la tierra no podían existir o eran mucho más bajas.

El planeta tuvo que sufrir una gran transformación. Seguramente los lechos marinos no eran tan profundos y la mayor parte de lo que hoy podemos ver en los mapas como plataformas continentales (esas zonas marinas cercanas a tierra de color más claro en los mapas adjuntos) seguramente no estaban cubiertas. Es una teoría que se ha intentado demostrar, pues hay zonas marinas muy elevadas que presentan signos de haber estado alguna vez al aire libre, de haber sido islas. Si nos fijamos, por ejemplo, en la zona de Indonesia, podemos observar cómo, si el agua bajara hasta cubrir solo las partes más oscuras del mapa, Australia quedaría conectada al continente asiático. Aquí se podría explicar la gran pregunta que muchos se hacen: ¿cómo llegaron los animales australianos al arca?

[caption id="attachment_4707" align="alignnone" width="818"] En el Atlántico hay una gran cantidad de islas hundidas y una enorme cadena montañosa[/caption] [caption id="attachment_4708" align="alignnone" width="800"] Australia pudo ser parte del continente asiático[/caption] [caption id="attachment_4709" align="alignnone" width="818"] Indonesia pudo haber sido una sola masa de tierra[/caption] [caption id="attachment_4710" align="alignnone" width="818"] Madagascar pudo haber tenido una hermana, o varias[/caption] [caption id="attachment_4711" align="alignnone" width="818"] El Mediterráneo pudo ser un día mucho más estrecho y muchas de sus islas estar pegadas al continente[/caption]

Si de la tierra subía vapor de agua hasta estallar en grandes manantiales, la corteza terrestre estaba todavía inestable. No se trata de algo que no sea creíble, los géiseres podemos verlos hoy en día, y los volcanes arrojan un 90% de agua cuando entran en erupción. Si salió tanta agua de debajo de la tierra, alguna transformación debió sufrir la corteza terrestre, y debajo de la gran capa de agua que durante un año la cubrió por completo pudieron desencadenarse grandes cataclismos. Cuando en el mes décimo las aguas comenzaron a bajar, a alguna parte tuvieron que ir. Una parte ya sabemos que fueron a parar a los polos donde, al faltar la capa que producía el efecto invernadero se congeló. Otra parte se condensó en la atmósfera formando las capas nubosas, aunque se ignora si las nubes ya existían. Pero la mayor parte quedó en los océanos, que probablemente no eran tan profundos. El nivel del agua debía ser más bajo, los continentes eran más grandes y había una cantidad de islas aún mayor. Si además, los lechos marinos se hundieron y el choque de placas hizo que los continentes se elevaran, ya tenemos toda el agua repartida. Tal vez lo que hoy vemos lejano y poco probable, la tierra que todavía hoy, a pocos metros de profundidad sigue hirviendo, lo llevó a cabo hace “solo 11.000 años”. ¿Por qué ese empeño en desplazar todo cuanto nuestra mente no asimila a millones de años atrás, donde el tiempo también es imposible de asimilar? ¿Son tan confiables los métodos utilizados por geólogos y arqueólogos? A veces, es posible que se añadan demasiados ceros a cosas que pudieron pasar ayer.

Capítulo 8

Las aguas se retiran

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Después de eso Dios se acordó de Noé y de toda bestia salvaje y de todo animal doméstico que estaba con él en el arca, y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra, y las aguas empezaron a bajar. 2 Y se cerraron los manantiales de la profundidad acuosa y las compuertas de los cielos, y así se contuvo la fuerte precipitación del cielo. 3 Y las aguas empezaron a retirarse de sobre la tierra, retirándose progresivamente; y al cabo de ciento cincuenta días faltaban las aguas. 4 Y en el séptimo mes, en el día diecisiete del mes, el arca llegó a descansar sobre las montañas de Ararat. 5 Y las aguas siguieron menguando progresivamente hasta el mes décimo. En el mes décimo, en el primer día del mes, aparecieron las cimas de las montañas. 6 Así sucedió que al cabo de cuarenta días Noé procedió a abrir la ventana del arca que había hecho. 7 A continuación envió un cuervo, y este continuó volando al aire libre, yendo y volviendo, hasta que las aguas se secaron de sobre la tierra. 8 Más tarde él envió de consigo una paloma para ver si las aguas habían decrecido de sobre la superficie del suelo. 9 Y la paloma no halló lugar de descanso para la planta de su pie, de modo que volvió a él dentro del arca porque las aguas todavía estaban sobre la superficie de toda la tierra. Por lo cual él alargó la mano y la tomó y la trajo a sí dentro del arca. 10 Y siguió esperando aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. 11 Más tarde la paloma volvió a él como a la hora del atardecer y, ¡mire!, tenía en el pico una hoja de olivo recién arrancada, y así Noé se enteró de que las aguas habían decrecido de sobre la tierra. 12 Y siguió esperando aún otros siete días. Entonces envió a la paloma, pero esta ya no volvió más a él. 13 Ahora bien, en el año seiscientos uno, en el primer mes, en el primer día del mes, aconteció que se habían secado las aguas de sobre la tierra; y Noé procedió a quitar la cubierta del arca y a mirar, y resultó que la superficie del suelo se había desecado. 14 Y en el segundo mes, en el día veintisiete del mes, la tierra quedó completamente seca.[/nx_note]

El arca se había posado sobre algún lugar que para Noé era imposible de identificar, aunque más tarde supieran que era una montaña a la que llamarían Ararat, hoy el lugar más elevado de Turquía con 5.165 metros de altitud. No sabemos en qué lugar estaban cuando comenzó la tormenta, pero al cabo de unos meses encallaron allí, en la Turquía actual, muy cercanos a las fronteras de Irán y Armenia. Desde la escotilla, única ventana que el arca poseía, aún no podían ver otra cosa que agua, por lo que Noé decidió enviar un cuervo, y más tarde una paloma, y de esta manera intentar averiguar si ya había tierra seca en algún lugar. Cuando el cuervo no volvió y la paloma lo hace con una hoja de olivo en el pico, entonces estuvieron seguros de que las aguas se estaban retirando, pero aún tuvieron que esperar un tiempo hasta que pudieron desembarcar. Y es aquí donde surgen algunas preguntas que pueden dar para muchos debates.

La primera pregunta nos hacemos es: ¿de dónde sacó la paloma la hoja de olivo? En una montaña que permanece la mayor parte del año helada no hay olivos -es lo primero que nos viene a la mente; pero recordemos lo que hemos analizado en otros capítulos: las aguas que había por encima del firmamento provocaban un efecto invernadero que hacía que en toda la tierra hubiera un clima cálido donde las estaciones provocaban mínimas variaciones. Por lo tanto, en el monte Ararat sí es posible que hubiera olivos. Pero… ¡es que el olivo había permanecido un año bajo el agua! O no. Pues no, no tuvo por qué. Hemos dicho que el Ararat es el punto más alto de la zona donde el arca tocó tierra. Pero el Ararat no es solo un monte, sino que tiene unos cuantos picos. Si Noé soltó aves en busca de tierra seca, esas aves tuvieron que encontrarla en uno de esos picos. Muy raro que Noé no los contemplara a simple vista. Pero esto es un detalle sin importancia, puesto que puede que Noé sí contemplara el pico sobresaliendo del agua y quisiera simplemente comprobar si los pájaros encontraban eso que le trajo la paloma, una señal de vida. Una hoja que muchos creen imposible que hubiera brotado de un olivo sumergido durante demasiado tiempo en agua. Pero teniendo en cuenta que los montes fueron los últimos en inundarse y los primeros en quedar libres de agua, estos olivos no estuvieron tanto tiempo inundados. Pudieron perfectamente sobrevivir y comenzar a brotar nada más exponerse a los primeros rayos de sol. El olivo es uno de los árboles más duros que existen; un tronco que podemos creer muerto puede brotar por las partes bajas cuando menos lo esperemos. Noé y su familia no salieron inmediatamente del arca, estuvieron semanas esperando a poder poner los pies en tierra seca, pero nadie dice que el arca se hubiera posado en los más alto del monte, y quizás, más arriba los árboles ya comenzaron a brotar; en unas semanas, da tiempo para eso y para más. Y en todo caso, tampoco se ha dicho que la hoja fuera verde, una hoja de olivo no se pudre tan fácilmente.

Empezar de nuevo

[nx_note note_color="#d7eff2"]15 Ahora Dios habló a Noé, y dijo: 16 “Sal del arca, tú y tu esposa y tus hijos y las esposas de tus hijos contigo. 17 Toda criatura viviente que está contigo de toda clase de carne, entre las criaturas voladoras y entre las bestias y entre todos los animales movientes que se mueven sobre la tierra, sácala contigo, puesto que tienen que enjambrar en la tierra y ser fructíferos y llegar a ser muchos sobre la tierra”. 18 Con eso salió Noé, y con él también sus hijos y su esposa y las esposas de sus hijos. 19 Toda criatura viviente, todo animal moviente y toda criatura voladora, todo lo que se mueve sobre la tierra, según sus familias salieron del arca.[/nx_note]

Tocaba comenzar de nuevo, y aquí vienen muchas más incógnitas: ¿Pudieron Noé y su familia sobrevivir en una tierra devastada por la inundación, hasta sembrar y recoger la primera cosecha? ¿Y los animales? ¿Qué comieron los animales hasta que hubiera hierba en el suelo? ¿Se comieron los leones a los ciervos antes de que pudieran reproducirse?

En una sorprendente publicación de la revista Quo, unas investigaciones llegaron a la conclusión de que en el arca solo hacía falta embarcar unas 20.000 especies, menos de 40.000 animales de un tamaño medio de una oveja. Todos ellos cabrían en unos 180 vagones de tren. Lo más sorprendente de esto es que esos 180 vagones son el equivalente a solo un tercio del tamaño que ofrecía el arca, una sola planta. ¿A qué se destinó entonces el espacio restante, las otras dos plantas de la nave?

¿Qué tal si las destinaron a comida? Graneros repletos de trigo y demás cereales podían solucionar la alimentación humana y de muchas especies animales. En el caso de animales carnívoros (no queda claro si ya lo eran) pudo almacenarse grandes cantidades de carne curada. Pero, ¿tuvieron tiempo suficiente para preparar tanta comida? Eran solo ocho personas para llenar tan inmensos almacenes, pero no olvidemos que había mucha más gente en la tierra. Para tales menesteres, Noé pudo contratar a otra gente, y entonces, sí que fue posible la tarea, y el total de lo almacenado no solo les permitiría subsistir durante el tiempo encerrados en el arca, sino algún tiempo después hasta que la tierra produjera su primera cosecha. Y si no era suficiente, Dios dio permiso a Noé para que pudieran comer carne, la carne de los animales puros que embarcaron de siete en siete. Unos animales puros que posiblemente llegaron al final de aquél largo año a punto de dar a luz nuevos ejemplares, si no lo hicieron ya dentro del arca. Por lo tanto, nada más salir del arca, muchísimas especies se volvieron inmediatamente más numerosas.

¿Y qué hay del agua potable? Muchos han asegurado que sería imposible de almacenar para tantos animales y el consumo propio de los ocho humanos, pues el agua se corrompería al poco tiempo, pero es sabido que el agua puede mantenerse perfectamente durante meses en cisternas cerradas si no les da la luz del sol. Noé pudo preparar unos depósitos en la planta superior, para que el agua bajara por gravedad hasta las plantas inferiores, y si su ingenio le valió para construir un arca tan grandiosa, bien pudo haber ideado unas canalizaciones para que el agua llegara por sí sola hasta los abrevaderos de tantísimo animal. Si lo hizo o no, nunca lo sabremos, pero si Noé se embarcó (nunca mejor dicho) en una aventura de este calibre, sería sensato pensar que lo tuvo todo meticulosamente calculado.

El corazón del hombre

[nx_note note_color="#d7eff2"]20 Y Noé empezó a edificar un altar a Jehová y a tomar algunas de todas las bestias limpias y de todas las criaturas voladoras limpias y a ofrecer ofrendas quemadas sobre el altar. 21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso, de modo que dijo Jehová en su corazón: “Nunca más invocaré el mal sobre el suelo a causa del hombre, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud; y nunca más asestaré un golpe a toda cosa viviente tal como he hecho. 22 Durante todos los días que continúe la tierra, nunca cesarán siembra y cosecha, y frío y calor, y verano e invierno, y día y noche”.[/nx_note]

Consoladoras y desoladoras palabras a un tiempo: Nunca más asestaré un golpe contra cosa viviente, porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud. Dios promete no asestar más golpes contra la tierra, a la vez que se resigna a que los humanos son malos por naturaleza, lo cual quiere decir que no esperaba gran cosa de aquellos a los que había salvado, o como mucho, que uno de sus linajes le fuera fiel. Realmente triste.[/nx_note]

Noé y los suyos ya habían bajado del arca, en el interior debía quedar todavía mucha comida. Una de las primeras cosas que hizo Noé fue ofrecer sacrificios de animales puros, pues ese era uno de los motivos por los que habían cargado siete de cada especie o siete parejas, que nadie puede aclarar este detalle. También podían comer carne él y su familia, algo que, por lo visto, hasta el momento tenían prohibido los humanos. De ahora en adelante se podían criar animales para el consumo. ¿Pero qué fue de los animales del arca? Lo más probable es que fueran saliendo por un orden. Primero irían alimentándose de lo que todavía quedara en el arca, y enseguida de la hierba que inmediatamente comenzaría a brotar por todas las praderas bien regadas y ricas en sedimentos proporcionados por la retirada de las aguas. Poco a poco, estos animales irían esparciéndose por toda la tierra. Y una vez que la misión estuvo cumplida, Noé se dedicó a plantar viña. Unas cepas que probablemente habría guardado en el arca, como muchas otras plantas y semillas.

No se le debió dar mal a Noé eso de ser viticultor. Y fue en la degustación de su cosecha cuando al hombre se le subieron a la cabeza algunos grados alcohólicos de más, y fue protagonista de una humillante historia que acabaría en la maldición de toda una descendencia. Así se las gastaban en aquellos remotos tiempos.


Capítulo 9

[caption id="" align="alignnone" width="640"] La embriaguez de Noé - Miguel Ángel, capilla Sixtina[/caption]

La embriaguez de Noé

La sangre, el alma

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Elohim bendijo a Noé y a sus hijos dijo a ellos: “Procread y multiplicaos y llenad la tierra. 2 El temor y espanto a ustedes sean sobre todos los animales de la tierra y sobre todas las aves del cielo; han sido puestos en vuestra mano, con todo aquello que bulle del suelo, y sobre todos los peces del mar. 3 Todo animal moviente que está vivo puede servirles de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras lo doy todo a ustedes.[/nx_note]

He aquí el momento en que Dios le da permiso a los humanos para que coman carne. Las relaciones entre hombre y bestias iban a cambiar, y si ya desde la creación los animales estuvieron sometidos, ahora tendrán pánico ante su presencia. Dios solo puso una restricción.

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Formato 21x27 - Ilustrado a todo color - 116 páginas

[nx_note note_color="#d7eff2"]4 Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer. 5 Y, además de eso, su sangre de sus almas la reclamaré. De la mano de toda criatura viviente la reclamaré; y de la mano del hombre, de la mano de cada uno que es su hermano, reclamaré el alma del hombre. 6 Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.[/nx_note]

La sangre. Los humanos podían comer la carne del animal, pero no su sangre, la cual está dispuesto a reclamar. Parece ser que Dios le da una importancia especial a la sangre, donde fluye la vida de todo ser viviente, por eso dice: su sangre, su alma. Y además compara la sangre de los animales con la del propio hombre, para acabar recalcando que a imagen suya lo hizo.

[caption id="" align="alignnone" width="595"] Arcoiris - Joseph Anton Koch[/caption]

El pacto del arco iris

[nx_note note_color="#d7eff2"]7 Y en cuanto a ustedes, sean fructíferos y lleguen a ser muchos, hagan que la tierra enjambre de ustedes y lleguen a ser muchos en ella”. 8 Y Dios pasó a decir a Noé y a sus hijos con él: 9 “Y en cuanto a mí, aquí estoy estableciendo mi pacto con ustedes y con su prole después de ustedes, 10 y con toda alma viviente que está con ustedes, entre aves, entre bestias y entre todas las criaturas vivientes de la tierra con ustedes, desde todas las que salieron del arca hasta toda criatura viviente de la tierra. 11 Sí, de veras establezco mi pacto con ustedes: Nunca más será cortada [de la vida] toda carne por aguas de un diluvio, y nunca más ocurrirá un diluvio para arruinar la tierra”. 12 Y Dios añadió: “Esta es la señal del pacto que estoy dando entre yo y ustedes y toda alma viviente que está con ustedes, por las generaciones hasta tiempo indefinido. 13 De veras doy mi arco iris en la nube, y tiene que servir como señal del pacto entre yo y la tierra. 14 Y tiene que suceder que cuando yo traiga una nube sobre la tierra, entonces ciertamente aparecerá el arco iris en la nube. 15 Y ciertamente me acordaré de mi pacto que hay entre yo y ustedes y toda alma viviente entre toda carne; y nunca más llegarán a ser las aguas un diluvio para arruinar toda carne. 16 Y el arco iris tiene que ocurrir en la nube, y ciertamente lo veré para acordarme del pacto hasta tiempo indefinido entre Dios y toda alma viviente entre toda carne que está sobre la tierra”. 17 Y le repitió Dios a Noé: “Esta es la señal del pacto que de veras establezco entre yo y toda carne que está sobre la tierra”.[/nx_note]

Y ciertamente, Moisés nos repitió hasta la saciedad en su libro, para que nos quedara bien clarito, que Dios estableció un pacto con el hombre de no traer más diluvios sobre la tierra. El sello de ese pacto era el arco íris. Y a continuación leemos la siguiente historia sobre Noé, bastante curiosa y… bastante confusa de entender en nuestros tiempos, por lo que se han dado las más variadas versiones sobre ella. Veamos:

La desnudez de tu padre

[nx_note note_color="#d7eff2"]18 Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem y Cam y Jafet. Más tarde, Cam fue padre de Canaán. 19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y de estos se esparció la población de toda la tierra. 20 Ahora bien, Noé comenzó a trabajar de labrador y procedió a plantar una viña. 21 Y empezó a beber del vino y se embriagó, y así se desarropó en medio de su tienda. 22 Más tarde, Cam el padre de Canaán vio la desnudez de su padre y se puso a informarlo a sus dos hermanos afuera. 23 Ante aquello, Sem y Jafet tomaron un manto y se lo pusieron sobre los dos hombros y entraron caminando hacia atrás. Así cubrieron la desnudez de su padre, mientras tenían vuelto el rostro, y no vieron la desnudez de su padre. 24 Por fin Noé despertó de su vino y llegó a saber lo que le había hecho su hijo menor. 25 Por lo cual dijo: “Maldito sea Canaán. Llegue a ser él el esclavo más bajo para sus hermanos”. 26 Y añadió: “Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y llegue a ser Canaán esclavo para él. 27 Conceda Dios amplio espacio a Jafet, y resida él en las tiendas de Sem. Llegue a ser Canaán esclavo para él también”. 28 Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio.  29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años, y murió.[/nx_note]

En principio, observamos que Cam, uno de los hijos de Noé, el segundo según se viene describiendo, comete, lo que podríamos llamar una gamberrada o broma de mal gusto: observar a su padre borracho, desnudo, e ir a burlarse de él ante sus hermanos. Ninguno de ellos eran ya unos críos y todos sobrepasaban ampliamente los cien años. La reacción los otros hermanos fue la de no dejarse llevar por las burlas de Cam, dirigirse a su padre de espaldas para no verlo y tapar su desnudez. Hasta aquí todo es comprensible, lo que ya no es tanto es la rotunda y desproporcionada reacción del padre. Noé maldijo la descendencia de Cam y los condenó a ser sirvientes de las descendencias de sus otros dos hermanos. ¿Todo eso por haberse burlado el hijo del padre? Parece ser que la desnudez de los padres era algo así como sagrada. Un hijo jamás debía ver desnudo a sus padres; mucho menos observarlos intencionadamente para hacer de su observación objeto de burla. Pero, ¿hasta tal punto era esto una ofensa que llevó a Noé a maldecir a toda una descendencia? Por lo visto, el relato esconde mucho más. Los malpensados ven detrás de todo esto un acto de incesto y homosexualidad y sugieren que Cam, al ver desnudo a su padre abusó de él y luego animó a sus hermanos a hacer lo mismo. Algo descabellada esta teoría, pues, si Cam cometió tal barbaridad, no es creíble que a continuación fuera contándolo a sus hermanos y animarlos a hacer lo mismo. Pero hay más teorías al respecto basadas en texto bíblico: "La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; a su esposa no te acercarás; tu tía es ella" (Lev.18:14). "Si un hombre se acuesta con la mujer de su padre, la 'desnudez de su padre' habrá descubierto" (Lev. 20:11) "Si un hombre toma a la mujer de su hermano, es cosa impura; la 'desnudez de su hermano' habrá descubierto" (Lev.20:21). Según estos textos, la desnudez de un hombre es ni más ni menos que su esposa. La cosa va cogiendo un tinte bastante fuerte, pues esto sugiere que Cam habría observado cómo su padre, embriagado por el vino, tuvo acto sexual con su esposa. Quizás ambos estaban bebidos, y al quedar dormidos, Cam abusó de su propia madre. En principio, es más sensato y benévolo pensar que Cam simplemente cometió una chiquillada y los vio acostados para luego ir a contárselo a sus hermanos. Posiblemente, Noé no bebió solo esa noche, pues habría traído el vino para degustarlo entre familia y Cam fue uno de los más afectados por la embriaguez. Pero entonces, ¿qué nos lleva a pensar que abusó de su madre? Pues ni más ni menos que la reacción de su padre al maldecir a su descendencia, pues hay quien sugiere que ese tal Canaán a quien Noé maldijo era el fruto de ese incesto entre el hijo y su madre. Toda una enrevesada historia de la que se pueden extraer muchas conclusiones, todas a cuál más escandalosas, pero nunca sabremos qué fue lo que realmente ocurrió.

Capítulo 10

[caption id="" align="alignnone" width="600"] Jardines Colgantes de Babilonia - Martin Heemskerck[/caption]

Nemrod, el cazador

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Esta es la historia de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. Ahora bien, empezaron a nacerles hijos después del diluvio. 2 Los hijos de Jafet fueron Gómer y Magog y Madai y Javán y Tubal y Mesec y Tirás. 3 Y los hijos de Gómer fueron Askenaz y Rifat y Togarmá. 4 Y los hijos de Javán fueron Elisá y Tarsis, Kitim y Dodanim. 5 Procedente de estos la población de las islas de las naciones se esparció por sus tierras, cada una según su lengua, según sus familias, por sus naciones. 6 Y los hijos de Cam fueron Cus y Mizraim y Put y Canaán. 7 Y los hijos de Cus fueron Sebá y Havilá y Sabtá y Raamá y Sabtecá. Y los hijos de Raamá fueron Seba y Dedán. 8 Y Cus llegó a ser padre de Nemrod. Él dio comienzo a lo de hacerse un poderoso en la tierra. 9 Se exhibió como poderoso cazador en oposición a Yahveh. Por eso hay un dicho: “Como Nemrod, poderoso cazador en oposición a Yahveh”. 10 Y el principio de su reino llegó a ser Babel y Erec y Akkad y Calné, en la tierra de Sinar.[/nx_note]

Después de darnos una lista genealógica de los hijos de Noé, llegamos hasta un individuo que llegaría a ser poderoso: Nemrod, al cual llaman cazador. Algunos estudiosos creen que el apodo de cazador no le viene por cazar animales, sino hombres, con los cuales disfrutaba más. Pero Nemrod no solo era un individuo cruel, sino que se atrevió a desafiar al mismo Yahveh. Con Nemrod nació lo más parecido a un imperio, el primer reino de la tierra: Babel. Este reino se identifica hoy con las ruinas de Babilonia, un lugar donde dio comienzo, otra vez, la corrupción y la adoración de dioses falsos.

[nx_note note_color="#d7eff2"]11 De aquella tierra salió para Asiria y se puso a edificar a Nínive y a Rehobot-Ir y a Cálah 12 y a Resen entre Nínive y Cálah: esta es la gran ciudad. 13 Y Mizraim llegó a ser padre de [los] ludim y de [los] anamim y de [los] lehabim y de [los] naftuhim 14 y de [los] patrusim y de [los] casluhim (de entre quienes procedieron los filisteos) y de [los] caftorim. 15 Y Canaán llegó a ser padre de Sidón su primogénito y de Het 16 y del jebuseo y del amorreo y del guirgaseo 17 y del heveo y del arqueo y del sineo 18 y del arvadeo y del zemareo y del hamateo; y después las familias del cananeo fueron esparcidas. 19 De modo que el límite del cananeo llegó a ser desde Sidón hasta Guerar, cerca de Gaza, hasta Sodoma y Gomorra y Admá y Zeboyim, cerca de Lasa. 20 Estos fueron los hijos de Cam según sus familias, según sus lenguas, en sus tierras, por sus naciones. 21 Y a Sem, el antepasado de todos los hijos de Éber, el hermano de Jafet el mayor, también le nació descendencia. 22 Los hijos de Sem fueron Elam y Asur y Arpaksad y Lud y Aram. 23 Y los hijos de Aram fueron Uz y Hul y Guéter y Mas. 24 Y Arpaksad llegó a ser padre de Selah, y Selah llegó a ser padre de Éber. 25 Y a Éber le nacieron dos hijos. El nombre del uno fue Péleg, porque en sus días se dividió la tierra; y el nombre de su hermano fue Joqtán. 26 Y Joqtán llegó a ser padre de Almodad y de Sélef y de Hazarmávet y de Jérah 27 y de Hadoram y de Uzal y de Diqlá 28 y de Obal y de Abimael y de Seba 29 y de Ofir y de Havilá y de Jobab; todos estos fueron los hijos de Joqtán. 30 Y el lugar de su morada llegó a extenderse desde Mesá hasta Sefar, la región montañosa del Oriente. 31 Estos fueron los hijos de Sem según sus familias, según sus lenguas, en sus tierras, según sus naciones. 32 Estas fueron las familias de los hijos de Noé según sus descendencias familiares, por sus naciones, y procedentes de estas las naciones se esparcieron por la tierra después del diluvio.[/nx_note]

Capítulo 11

[caption id="" align="alignnone" width="595"] La torre de Babel - Pieter Bruegel[/caption]

La torre de Babel 

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2 Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. 3 Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.[/nx_note]

En su esparcimiento por toda la tierra, los descendientes de Noé llegan a la llanura de Sinar, en un valle formado por el Tigris y el Éufrates en Mesopotamia, no muy lejos de donde se halló el Edén. Un buen lugar para edificar una ciudad. Fue cuando descubrieron la manera de fabricar ladrillos y sustituir las piedras, cuyo tallado era duro y laborioso. La facilidad para construir se multiplico de tal manera que la ciudad construida fue grandiosa. Al frente de toda esta gente se encontraba el rey Nemrod, cuyo orgullo creció tanto que llegó a desafiar a Dios. Pero Dios no dejaba de observarlo atentamente. En el capítulo anterior hemos visto cómo los descendientes de los hijos de Noé iban estableciéndose en distintos puntos de la tierra “según su lengua”. ¿Y por qué según su lengua?

[nx_note note_color="#d7eff2"]4 Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5 Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6 Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7 Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9 Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.[/nx_note]

No sabemos qué fue de Nemrod, pero sí sabemos que se quedó sin súbditos, y también por qué todos iban estableciéndose según su lengua. El hombre sintió miedo al no poder comunicarse con los demás, y huyeron esparciéndose sobre toda la tierra, se supone que cada cual se llevó con él a su familia, y cada familia fue desarrollando un lenguaje común entre ellos, para nacer de esta forma los miles de lenguajes que fueron evolucionando en sus distintas formas hasta hoy. Una fábula más, es lo que creen muchos que es esta historia sobre Balel, una ciudad que existió y de la que se conservan muchas ruinas, indicando incluso dónde se encontró la famosa torre, que se calcula en unos 90 metros de altitud, teniendo en cuenta la anchura de su base y sus cimientos. Una torre que fue cuadrada, casi como una pirámide. Pero fábula o realidad, lo cierto es que da para reflexionar sobre varios temas, el primero de todos, ¿Por qué hizo dios tal cosa? Teniendo en cuenta que Dios ya no esperaba gran cosa sobre los humanos al darse cuenta que preferían hacer el mal, solo esperaba que una sola línea descendiente de los que salvó en el diluvio les fuera fiel. Por otra parte, había hecho un pacto de no volver a asestar un golpe como el del diluvio sobre la humanidad, una humanidad que ya volvía a estar corrupta. Por tanto, aquel castigo leve deshizo la corrupción sin necesidad de asestarles un golpe mortal. Por el momento. Y luego está el tema de las lenguas, sobre el que pocos se ponen de acuerdo a cómo se originaron. En la actualidad existen multitud de idiomas que fácilmente se pueden identificar con un tronco común, este es el caso de las lenguas que se originaron del latín. Pero como el latín existen muchos otros muchos idiomas originarios que nada tienen que ver unos con otros, y es aquí donde muchos no lo tienen tan claro, como nada claro tenemos cual pudo ser el primer idioma que existió en la historia, el idioma de Adán y Eva.

Los descendientes de Sem

[nx_note note_color="#d7eff2"]10 Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas. 12 Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala. 13 Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14 Sala vivió treinta años, y engendró a Heber. 15 Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 16 Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg. 17 Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 18 Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu. 19 Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas. 20 Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug. 21 Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas. 22 Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor. 23 Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas. 24 Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré. 25 Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas. 26 Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán. 27 Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28 Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29 Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30 Mas Sarai era estéril, y no tenía hijo. 31 Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. 32 Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.[/nx_note]

Capítulo 12

[caption id="" align="alignnone" width="600"] Abraham camino de Canaan - Pieter Lastman[/caption]

Abrám

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Y Yahveh procedió a decir a Abrám: “Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu padre al país que yo te mostraré; 2 y haré de ti una nación grande y te bendeciré y haré grande tu nombre; y serás, pues, una bendición. 3 Bendeciré a quienes te bendigan, y al que invoque mal sobre ti lo maldeciré, y ciertamente se bendecirán por medio de ti todas las familias del suelo”.[/nx_note]

Ya lo hemos visto antes en el caso de Noé, ahora lo vemos en el caso de Abrám: Yahveh elige a quien le es fiel para hacer grande a su descendencia. Con Abrán nacerá el pueblo elegido por Dios, un pueblo que ya desciende de una línea que siempre le fue fiel: Sem (el hijo de Adán que vino a ocupar el lugar del fallecido Abel), Noé, Sem y ahora Abrám y su familia, a los que Yahveh quiere apartar del resto, incluidos sus parientes.

[nx_note note_color="#d7eff2"]4 Ante eso, Abrám se fue tal como le había hablado Yahveh, y Lot lo acompañó. Y Abrám tenía setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán. 5 Así que Abrám tomó a Sarai su esposa y a Lot el hijo de su hermano y todos los bienes que ellos habían acumulado y las almas que habían adquirido en Harán, y procedieron a salir para ir a la tierra de Canaán. Por fin llegaron a la tierra de Canaán. 6 Y Abrám siguió a través de la tierra hasta la ubicación de Siquem, cerca de los árboles grandes de Moré; y en aquel tiempo el cananeo estaba en la tierra. 7 Yahveh ahora se apareció a Abrám y dijo: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”. Después de eso él edificó allí un altar a Yahveh, que se le había aparecido. 8 Más tarde se mudó de allí a la región montañosa, al este de Betel, y asentó su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. Entonces edificó allí un altar a Yahveh y empezó a invocar el nombre de Yahveh. 9 Después Abrám levantó el campamento, y fue entonces de campamento en campamento hacia el Négueb.[/nx_note]

Abrám, llevará una vida nómada durante años, buscando los mejores pastos para el ganado y conociendo las tierras que Yahveh le ha concedido a él, a sus descendientes y a todos cuantos están a su servicio. Poco a poco, se van haciendo un pueblo numeroso y próspero, sin embargo, algo debió torcerse, pues a pesar de las numerosas muestras de alabanza a Yahveh, una hambruna recorre el país, y esto los llevará a hasta Egipto buscando el favor del faraón, y una vez allí, Yahveh dará muestras de que el pueblo de Abrám, su pueblo, es intocable.

[nx_note note_color="#d7eff2"]10 Ahora bien, surgió un hambre en el país, y Abrám procedió a bajar hacia Egipto para residir allí como forastero, porque era grave el hambre en el país. 11 Y aconteció que tan pronto como estuvo próximo a entrar en Egipto, entonces dijo a Sarai su esposa: “¡Mira, por favor! Bien sé yo que eres mujer de hermosa apariencia. 12 Por eso de seguro sucederá que los egipcios te verán y dirán: ‘Esta es su esposa’. Y ciertamente me matarán, pero a ti te conservarán viva. 13 Por favor, di que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por causa tuya, y con certeza mi alma vivirá debido a ti”.[/nx_note]

Sarai debía ser una mujer muy hermosa, tanto que hasta el mismo Abrám temía que lo mataran para arrebatársela. De modo que al entrar a Egipto hizo creer a todos que era su hermana. Es bastante curiosa, esta decisión de Abrám, pero no falta de sentido, pues, fuera su hermana o su esposa, podrían robársela de igual manera, claro que, en el primer caso, él conservaría la vida. Y eso fue precisamente lo que ocurrió.

[nx_note note_color="#d7eff2"]14 Sucedió, pues, que tan pronto como Abrám entró en Egipto, los egipcios llegaron a ver a la mujer, que era muy hermosa. 15 Y también los príncipes de Faraón llegaron a verla y empezaron a alabársela a Faraón, de modo que la mujer fue llevada a casa de Faraón. 16 Y él trató bien a Abrám por causa de ella, y este llegó a tener ovejas y ganado vacuno y asnos y siervos y siervas y asnas y camellos.[/nx_note]

Faraón quedó prendado de Sarai y pidió que se la trajeran a palacio; sin embargo, se portó generosamente con su “hermano”, al cual colmó de regalos. Ahora Abrám tenía un serio problema: cómo decir a faraón que Sarai era su esposa sin provocar la ira de éste. Y a todo esto había que añadir la enorme cornamenta que le estaba creciendo. Menos mal que ahí estaba Yahveh para solucionarle estos temas.

[nx_note note_color="#d7eff2"]17 Entonces Yahveh tocó a Faraón y a su casa con grandes plagas por causa de Sarai, esposa de Abrám. 18 Por lo tanto Faraón llamó a Abrám y dijo: “¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me informaste que era tu esposa? 19 ¿Por qué dijiste: ‘Es mi hermana’, de modo que yo estuve a punto de tomarla por esposa? Y ahora, aquí está tu esposa. ¡Tómala y vete!”. 20 Y Faraón dio mandatos respecto de él a unos hombres, y estos se fueron acompañándolo en despedida a él y a su esposa y todo cuanto tenía.[/nx_note]

Capítulo 13

Abrám y Lot se separan

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Después de eso Abrám subió de Egipto —él y su esposa y todo cuanto tenía, y Lot con él— al Négueb. 2 Y Abrám tenía gran cantidad de manadas y plata y oro. 3 Y siguió adelante de campamento en campamento desde el Négueb hasta Betel, al lugar donde primero había estado su tienda entre Betel y Hai, 4 al lugar del altar que había hecho allí originalmente; y Abrám procedió a invocar allí el nombre de Yahveh. 5 Ahora bien, Lot, que iba junto con Abrám, también era dueño de ovejas y ganado vacuno y tiendas. 6 Así que la tierra no permitía que moraran todos juntos, porque se habían hecho muchos sus bienes y ellos no podían morar todos juntos. 7 Y se suscitó una riña entre los manaderos del ganado de Abrám y los manaderos del ganado de Lot; y en aquel tiempo el cananeo y el perizita moraban en el país. 8 Por eso dijo Abrám a Lot: “Por favor, que no continúe riña alguna entre yo y tú y entre mis manaderos y tus manaderos, porque somos hermanos. 9 ¿No está a tu disposición todo el país? Por favor, sepárate de mí. Si tú vas a la izquierda, entonces yo ciertamente iré a la derecha; pero si tú vas a la derecha, entonces yo ciertamente iré a la izquierda”.[/nx_note]

Lo que aparentemente parece una disputa entre familias no es más que una forma civilizada de resolver un problema que se presentaría más pronto que tarde. Los rebaños se habían multiplicado y era lógico que aparecieran problemas a la hora de pastar todos juntos. Por lo tanto, Abrám lo resuelve sabiamente dividiéndose: él iría por un lado y su sobrino por otro; Dios les había concedido tierras de sobra.

[nx_note note_color="#d7eff2"]10 De modo que Lot alzó los ojos y vio todo el Distrito del Jordán, que todo él era una región bien regada, antes de que Yahveh arruinara a Sodoma y Gomorra, como el jardín de Yahveh, como la tierra de Egipto hasta Zóar. 11 Entonces Lot escogió para sí todo el Distrito del Jordán, y Lot mudó su campamento al este. Así que se separaron el uno del otro. 12 Abrám moró en la tierra de Canaán, pero Lot moró entre las ciudades del Distrito. Por fin asentó su tienda cerca de Sodoma. 13 Y los hombres de Sodoma eran malos, y eran pecadores en extremo contra Yahveh.[/nx_note]

Es curioso que cuando escuchamos hablar o leemos acerca de los pueblos nómadas de la Biblia, siempre nos viene a la mente la imagen de tierras áridas y desérticas, por donde caminaban sus personajes y plantaban sus tiendas de campaña en medio de grandes polvaredas. Imagen falsa implantada en nuestro cerebro por tantas películas que nunca han sabido llevar a la pantalla lo que realmente cuenta la Biblia, que las tierras que Dios dio a Abrahám eran unos ricos y verdes valles donde el ganado podía alimentarse sin problemas. ¿Qué podían comer las ovejas en esos desiertos que nos presentan las películas? Seguro que más de uno (a excepción de los directores cinematográficos) se lo habrá preguntado alguna vez.

[nx_note note_color="#d7eff2"]14 Y Yahveh dijo a Abrám después que Lot se hubo separado de él: “Alza los ojos, por favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia el norte y hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste, 15 porque toda la tierra que estás mirando, a ti y a tu descendencia la voy a dar hasta tiempo indefinido. 16 Y ciertamente constituiré a tu descendencia como las partículas de polvo de la tierra, de modo que, si un hombre pudiera contar las partículas de polvo de la tierra, entonces podría ser contada tu descendencia. 17 Levántate, ve de un sitio a otro en la tierra por su largo y por su ancho, porque a ti te la voy a dar”. 18 De modo que Abrám continuó viviendo en tiendas. Más tarde vino y moró entre los árboles grandes de Mamré, que están en Hebrón; y allí se puso a edificar un altar a Yahveh.[/nx_note]


Capítulo 14

[caption id="" align="alignnone" width="600"] Abraham y Melquisedec[/caption]

La batalla del mar Muerto

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Ahora bien, aconteció en los días de Amrafel rey de Sinar, Arioc rey de Elasar, Kedorlaomer rey de Elam y Tidal rey de Goyim, 2 que estos hicieron guerra contra Bera rey de Sodoma, y contra Birsá rey de Gomorra, Sinab rey de Admá y Seméber rey de Zeboyim, y el rey de Bela (es decir, Zóar). 3 Todos estos marcharon como aliados a la llanura baja de Sidim, es decir, el mar Salado. 4 Doce años habían servido a Kedorlaomer, pero al año decimotercero se rebelaron. 5 Y en el año decimocuarto vino Kedorlaomer, y también los reyes que con él estaban, y asestaron derrotas a los refaím en Asterot-qarnaim, y a los zuzim en Cam, y a los emim en Savé-quiryataim, 6 y a los horeos en su montaña de Seír, hasta El-parán, que está junto al desierto. 7 Entonces se volvieron y vinieron a En-mispat, es decir, Qadés, y derrotaron a todo el campo de los amalequitas y también a los amorreos que moraban en Hazazón-tamar.[/nx_note]

Tras el baile de nombres de reyes y pueblos podemos sacar en claro que la zona estaba bastante alborotada y las ciudades-reino de Sodoma y Gomorra estaban amenazadas. Ambos reyes buscarán aliados y juntos saldrán a plantar cara al gran ejército que intenta conquistar sus territorios.

[nx_note note_color="#d7eff2"]8 Entonces fue cuando salió en marcha el rey de Sodoma, y también el rey de Gomorra y el rey de Admá y el rey de Zeboyim y el rey de Bela (es decir, Zóar), y se formaron en orden de batalla contra ellos en la llanura baja de Sidim, 9 contra Kedorlaomer rey de Elam y Tidal rey de Goyim y Amrafel rey de Sinar y Arioc rey de Elasar; cuatro reyes contra los cinco. 10 Ahora bien, la llanura baja de Sidim era pozo tras pozo de betún; y los reyes de Sodoma y Gomorra se dieron a la fuga y fueron cayendo en estos, y los que quedaron huyeron a la región montañosa.[/nx_note]

Hubo una gran batalla en la que los de Sodoma y Gomorra llevaron las de perder y tuvieron que retirarse; con tan mala fortuna que parte de su ejército quedó atrapada en unos pozos de betún. Pero, ¿qué eran estos pozos de betún? Pues ni más ni menos que petróleo que emergía hasta la superficie, creando unos pantanos viscosos. La zona citada, la llanura baja de Sidim, se encuentra en la actualidad bajo el mar Muerto, donde también se encuentran casi con seguridad las ciudades de Sodoma y Gomorra. La zona es un gran valle, una cuenca o depresión tectónica profunda. El mar Muerto es en realidad un lago endorreico, es decir, que no evacua el agua que recibe ni por desagüe superficial ni por infiltración, sino que evapora en su superficie toda el agua que colecta de su cuenca hidrográfica, en este caso del río Jordán y de otras fuentes menores. Actualmente se encuentra a un nivel más bajo que el Mediterráneo, pero se cree que no siempre fue así y que, en la antigüedad, un gran terremoto hundió el suelo, quedando sepultadas para siempre las ciudades de Sodoma y Gomorra. En cuanto a los pozos de betún, en el mar Muerto se ha descubierto, en efecto, que hay petróleo en su subsuelo.

Captura y liberación de Lot

[nx_note note_color="#d7eff2"]11 Entonces los vencedores tomaron todos los bienes de Sodoma y Gomorra y todo su alimento y se fueron por su camino. 12 También tomaron a Lot, hijo del hermano de Abrám, y sus bienes, y siguieron su camino. En aquel entonces él moraba en Sodoma. 13 Después de eso, un hombre que había escapado vino y se lo informó a Abrám el hebreo. Él residía entonces entre los árboles grandes de Mamré el amorreo, el hermano de Escol y hermano de Aner; y ellos eran confederados de Abrám. 14 Así llegó a oír Abrám que su hermano había sido llevado cautivo. En seguida juntó en formación militar a sus hombres adiestrados, trescientos dieciocho esclavos nacidos en su casa, y fue en persecución de ellos hasta Dan. 15 Y de noche se puso a dividir sus fuerzas, él y sus esclavos, contra ellos, y así los derrotó y siguió persiguiéndolos hasta Hobá, que está al norte de Damasco. 16 Y procedió a recobrar todos los bienes, y recobró también a Lot su hermano, y sus bienes, y también a las mujeres y a la gente.[/nx_note]

Abrám se ve por primera vez obligado a guerrear y convoca a sus 318 hombres adiestrados para tal fin. Un pequeño ejército preparado para proteger a su pueblo, esclavos nacidos en “su casa”, y que hasta ahora no se había mencionado que entraran en batalla alguna. Junto con sus aliados, Aner, Escol y Mamré, emprendió una marcha forzada en persecución de quienes habían secuestrado a su sobrino hasta más allá de Damasco, a unos 300 Km. en dirección norte. No se dan detalles de la batalla. Podríamos pensar que ni siquiera hubo tal batalla, sino simples escaramuzas o emboscadas donde consiguieron rescatar a Lot. Sin embargo, Lot no estaba solo, sino toda su gente, incluidos mujeres y niños. Por otra parte, se habla de un gran botín y la recuperación de todos los bienes de Lot, y eso no se consigue con simples escaramuzas y emboscadas. Todo apunta a que hubo una intensa lucha, a pesar de que ellos eran solo… poco más de 300. Es curioso, pero esta cifra se va a repetir varias veces a lo largo de la historia: 300 valientes que se enfrentan a un ejército infinitamente superior y lo vencen. 300 espartanos que se enfrentan en las Termópilas a 250.000 persas. 300 visigodos que se enfrentan en la Septimania a 60.000 francos. 300 asturianos que se enfrentan en Covadonga a 10.000 moros. Todos salen vencedores, y en casi todos los casos, gracias a la ayuda de su dios. En el caso que nos ocupa, los 318 guerreros de Abrám obtienen una gran victoria contra quienes le superaban ampliamente en número, gracias a Yahveh. A su regreso de la batalla, le salen al encuentro dos personajes de los que nada se sabe, salvo por su breve mención en este pasaje bíblico, uno es el rey de Sodoma, que por lo visto pudo escapar y no caer en los pozos de betún, y el otro el rey de Salem, que algunos identifican como la antigua Jerusalén. Este rey, llamado Melquisedec, que significa “el que gobierna con justicia”, hacía honor a su nombre y era, además, fiel a Yahveh, hasta el punto de hacerse referencia a él como “sacerdote del Dios Altísimo”.

[nx_note note_color="#d7eff2"]17 Entonces el rey de Sodoma salió a su encuentro después que él volvió de derrotar a Kedorlaomer y a los reyes que con él estaban, a la llanura baja de Savé, es decir, a la llanura baja del rey. 18 Y Melquisedec rey de Salem sacó pan y vino, y él era sacerdote del Dios Altísimo. 19 Entonces lo bendijo y dijo: “¡Bendito sea Abrám del Dios Altísimo, Productor de cielo y tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que ha entregado a tus opresores en tu mano!” Ante aquello, Abrám le dio el décimo de todo. 21 Después de eso el rey de Sodoma dijo a Abrám: “Dame las almas, pero toma los bienes para ti”. 22 Ante esto, Abrám dijo al rey de Sodoma: “De veras alzo la mano en juramento a Yahveh el Dios Altísimo, Productor de cielo y tierra, 23 y juro que, desde un hilo hasta una correa de sandalia, no, no tomaré nada de lo que es tuyo, para que no digas: ‘Yo fui quien enriqueció a Abrám’. 24 ¡Nada para mí! Solamente lo que ya hayan comido los jóvenes, y la parte que les corresponde a los hombres que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamré... que tomen ellos la parte que les corresponde”.[/nx_note]

Capítulo 15

[caption id="" align="alignnone" width="484"] “Mira hacia arriba, a los cielos, y cuenta las estrellas, si es que se te hace posible contarlas”. Y pasó a decirle: “Así llegará a ser tu descendencia”[/caption]

Alianza de Dios con Abram

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Después de estos sucesos Yahveh dirigió la palabra a Abram en una visión, y dijo: “No temas, Abram. Soy para ti un escudo. Tu galardón será muy grande”. 2 A lo que dijo Abram: “Mi señor Yahveh, ¿qué me darás, cuando voy quedándome sin hijo y el que poseerá mi casa es un hombre de Damasco, Eliezer?”. 3 Y Abram añadió: “¡Mira! No me has dado descendencia, y un doméstico de mi casa será mi heredero”. 4 Pero he aquí que Yahveh le dirigió la palabra diciendo: “Este hombre no te sucederá; sino uno que saldrá de tus propias entrañas te sucederá como heredero”. 5 Entonces lo sacó afuera y dijo: “Mira hacia arriba, a los cielos, y cuenta las estrellas, si es que se te hace posible contarlas”. Y pasó a decirle: “Así llegará a ser tu descendencia”.[/nx_note]

Las palabras que Dios dirige a Abram nos da a entender que su victoria sobre los reyes y la liberación de su sobrino Lot no le trajeron tranquilidad precisamente, más bien le sumió en un mar de inquietudes y por eso lo tranquiliza: “Soy para ti un escudo”. Pero son demasiadas las cosas que preocupan a Abrám y entonces se sincera con Yahveh, el cual de nuevo lo tranquiliza prometiéndoles que su descendencia será tan numerosa como las estrellas.

[nx_note note_color="#d7eff2"]6 Y él puso fe en Yahveh; y él procedió a contárselo por justicia. 7 Entonces le añadió: “Yo soy Yahveh, que te hizo salir de Ur de los caldeos para darte esta tierra para que la tomes en posesión”. 8 A lo cual él dijo: “Señor Soberano Yahveh, ¿en qué sabré que la tomaré en posesión?”. 9 Él a su vez le dijo: “Toma para mí una novilla de tres años y una cabra de tres años y un carnero de tres años y una tórtola y un pichón”. 10 De modo que él tomó para sí todos estos y los partió en dos y puso cada parte de ellos de modo que hiciera juego con la otra, pero no cortó en pedazos los pájaros. 11 Y las aves de rapiña empezaron a descender sobre los cadáveres, pero Abram seguía ahuyentándolas. 12 Después de un rato el sol estaba para ponerse, y un sueño profundo cayó sobre Abram, y, ¡mire!, una oscuridad aterradoramente grande estaba cayendo sobre él. 13 Y él empezó a decir a Abram: “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años. 14 Pero a la nación que ellos servirán yo la voy a juzgar, y después de aquello saldrán con muchos bienes. 15 En cuanto a ti, irás a tus antepasados en paz; serás enterrado en buena vejez. 16 Pero a la cuarta generación ellos volverán acá, porque todavía no ha quedado completo el error de los amorreos”. 17 Ahora el sol se estaba poniendo y vino una densa oscuridad y, ¡mire!, un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre estos trozos. 18 En aquel día Yahveh celebró un pacto con Abrám, diciendo: “A tu descendencia ciertamente daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates: 19 los quenitas y los quenizitas y los qadmonitas 20 y los hititas y los perizitas y los refaím 21 y los amorreos y los cananeos y los guirgaseos y los jebuseos”.[/nx_note]

El llamado pacto era en realidad una promesa o pacto unilateral por parte de Dios en el que a Abrám no se le compromete a nada. En aquellos días, los pactos entre hombres se hacían mediante un ritual en el que se cortaba un animal por la mitad. Cada una de las mitades se colocaba a ambos lados de una zanja donde se recogía la sangre del animal. Por esta zanja debían caminar ambos participantes en el trato manchando sus ropas con la sangre. Después de esto quedaban comprometidos de tal manera que cualquiera de ellos que faltara a su promesa podía ser muerto. Abrám no pasó por entre los animales. En vez de eso cayó en un profundo sueño y en él vio cómo era Dios quien pasaba por entre ellos. Por lo tanto, fue un pacto en que solo Dios se comprometía a cumplir su promesa. Un pacto, que Dios propuso a Abrám, quizá al ver cómo su fiel siervo andaba bajo de ánimo y dubitativo.

Sobre este pacto, hay además, algunas interpretaciones en el que se le da una simbología que puede ser más o menos acertada. Por ejemplo, cada parte del animal significaría una nación que Yahveh le daría al pueblo de Israel. La paloma no se dividió porque representaba a Israel mismo que no sería dividido. Y el pichón representaba al mesías que sería el objetivo final de Yahveh, el salvador del mundo. Sobre las aves de rapiña que descendían se dice que no eran otra cosa sino las dudas e inquietudes de Abrám, que con aquel pacto conseguía por fin desecharlas. La oscuridad aterradora nada más caer en el profundo sueño, es el terrible anuncio que Dios hace a Abrám, de que su descendencia caerá esclava de Egipto por cuatrocientos años.

Capítulo 16

Agar

[nx_note note_color="#d7eff2"]Sarai, esposa de Abram, no le había dado hijos; pero Sarai tenía una sierva egipcia, y el nombre de esta era Agar. 2 Por lo tanto Sarai dijo a Abram: “Mira, por favor: Yahveh me ha excluido de dar a luz hijos. Llégate, pues a mi sierva. Quizás yo obtenga hijos por medio de ella”. De modo que Abram escuchó la voz de Sarai. 3 Entonces Sarai, esposa de Abram, tomó a Agar, su sierva egipcia, al cabo de diez años de haber morado Abram en la tierra de Canaán, y se la dio por esposa a Abram, su marido. 4 Por consiguiente, él tuvo relaciones con Agar, y ella quedó encinta. Cuando ella se dio cuenta de que estaba encinta, entonces su ama empezó a ser despreciada a los ojos de ella. 5 Ante esto, Sarai dijo a Abram: “Tú eres el responsable del ultraje que se me hace. Yo misma entregué mi sierva en tu seno, y cuando ha concebido, he perdido consideración a sus ojos. Sea Yahveh juez entre tú y yo”. 6 De modo que Abram dijo a Sarai: “Ahí tienes a tu sierva a disposición tuya. Haz de ella lo que parezca bien a tus ojos”. Entonces Sarai se puso a humillarla de modo que esta huyó de ella.[/nx_note]

Como en las mejores familias, comienzan las desavenencias entre Sarai y Abram, a causa de su sierva Agar. Las sirvientas o esclavas podían ser tomadas por su señor y en este caso fue la misma Sarai la que, viendo la necesidad de que su esposo asegurase su descendencia, le animó a ello. El carácter de Sarai, por cierto, debía ser más bien áspero y malo de soportar (todavía no hemos llegado a ver cómo se las gasta de verdad), por lo que, Agar, viéndose ya madre de la descendencia de Abram, se toma la revancha y humilla a su señora. Pero basta con que Abram le dé permiso para que haga con ella lo que le plazca para que las tornas se vuelvan de nuevo, y muy mal se lo debió hacer pasar a la pobre Agar para que decidiera desaparecer de la vista de su ama. No obstante, Dios no llegará a desamparar a Agar en ningún momento y mediante su ángel le pide que vuelva para que todo discurra según Él tiene previsto; sus humillaciones se verán ampliamente recompensadas.

[nx_note note_color="#d7eff2"]7 Más tarde, el ángel de Yahveh la halló junto a una fuente de aguas en el desierto, junto a la fuente en el camino a Sur. 8 Y empezó a decir: “Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?”. A lo cual dijo ella: “Huyo de la presencia de Sarai mi señora”. 9 Y el ángel de Yahveh pasó a decirle: “Vuélvete a tu señora y humíllate bajo su mano”. 10 Entonces le dijo el ángel de Yahveh: “Multiplicaré en gran manera tu descendencia, de modo que no será contada por su multitud”. 11 Además, el ángel de Yahveh le añadió: “Mira que estás encinta, y ciertamente darás a luz un hijo, y tienes que llamarlo por nombre Ismael; porque Yahveh ha oído tu aflicción. 12 En cuanto a él, llegará a ser un hombre [con características de] cebra. Su mano estará contra todos, y la mano de todos estará contra él; y delante del rostro de todos sus hermanos residirá”. 13 Entonces ella empezó a llamar por nombre a Yahveh, que le estaba hablando: “Tú eres un Dios de la vista —porque dijo ella—: ¿Realmente he mirado yo aquí al que me ve?”. 14 Por eso se llamó al pozo Beer-lahai-roí. Aquí está entre Qadés y Bered. 15 Más tarde Agar le dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó por nombre Ismael a su hijo que Agar dio a luz. 16 Abram tenía ochenta y seis años de edad cuando Agar dio a luz a Ismael.[/nx_note]

Capítulo 17

La circuncisión

[nx_note note_color="#d7eff2"]Cuando Abram alcanzó la edad de noventa y nueve años, entonces Yahveh se le apareció y le dijo: “Yo soy Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y resulta exento de falta. 2 Y ciertamente daré mi pacto entre yo y tú, para multiplicarte muchísimo”. 3 Ante aquello, Abram cayó sobre su rostro, y Dios continuó hablando con él, y dijo: 4 “En cuanto a mí, ¡mira!, mi pacto es contigo, y ciertamente llegarás a ser padre de una muchedumbre de naciones. 5 Y ya no te llamarás más por el nombre Abram, y tu nombre tiene que llegar a ser Abrahán, porque padre de una muchedumbre de naciones de seguro te haré yo. 6 Y ciertamente te haré fructífero en sumo grado, y de veras haré que llegues a ser naciones, y reyes saldrán de ti. 7 ”Y ciertamente pondré por obra mi pacto entre yo y tú y tu descendencia después de ti según sus generaciones para un pacto hasta tiempo indefinido, para que yo resulte ser Dios para ti y para tu descendencia después de ti. 8 Y ciertamente te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus residencias como forastero, sí, toda la tierra de Canaán, por posesión hasta tiempo indefinido; y ciertamente resultaré ser Dios para ellos”. 9 Y Dios dijo además a Abrahán: “En cuanto a ti, tú has de guardar mi pacto, tú y tu descendencia después de ti según sus generaciones.

10 Este es mi pacto que ustedes guardarán, entre yo y ustedes, incluso tu descendencia después de ti: Todo varón de ustedes tiene que ser circuncidado. 11 Y tienen que ser circuncidados ustedes en la carne de su prepucio, y esto tiene que servir como señal del pacto entre yo y ustedes. 12 Y todo varón de ustedes que tenga ocho días de edad tiene que ser circuncidado, según sus generaciones, cualquiera nacido en la casa y cualquiera comprado con dinero de cualquier extranjero que no sea de tu descendencia. 13 Sin falta tiene que ser circuncidado todo el nacido en tu casa y todo el comprado con dinero tuyo; y mi pacto en la carne de ustedes tiene que servir de pacto hasta tiempo indefinido. 14 Y el varón incircunciso que no quiera circuncidarse la carne de su prepucio, esa misma alma tiene que ser cortada de su pueblo. Ha quebrantado mi pacto”. 15 Y Dios pasó a decir a Abrahán: “En cuanto a Sarai tu esposa, no debes llamarla por el nombre Sarai, porque su nombre es Sara. 16 Y ciertamente la bendeciré y también te daré de ella un hijo; y ciertamente la bendeciré, y ella de veras llegará a ser naciones; reyes de pueblos provendrán de ella”. 17 Ante esto, Abrahán cayó sobre su rostro y se puso a reír y a decir en su corazón: “¿A un hombre de cien años de edad le nacerá un hijo, y Sara, sí, una mujer de noventa años de edad, dará a luz?”. 18 Después Abrahán dijo a Dios: “¡Oh que viviera Ismael delante de ti!”.

19 A lo cual dijo Dios: “Sara tu esposa realmente te va a dar a luz un hijo, y tienes que llamarlo por nombre Isaac. Y ciertamente estableceré mi pacto con él por pacto hasta tiempo indefinido para su descendencia después de él. 20 Pero tocante a Ismael te he oído. ¡Mira! Ciertamente lo bendeciré y lo haré fructífero y lo multiplicaré muchísimo. Ciertamente producirá él doce principales, y de veras haré que llegue a ser una nación grande. 21 Sin embargo, mi pacto lo estableceré con Isaac, que Sara te dará a luz a este tiempo señalado el año próximo”. 22 Con eso Dios acabó de hablar con él y subió de donde [estaba] Abrahán. 23 Entonces Abrahán procedió a tomar a Ismael su hijo y a todos los hombres nacidos en su casa y a todos los comprados con dinero suyo, a todo varón entre los hombres de la casa de Abrahán, y se puso a circuncidar la carne de su prepucio en aquel mismo día, tal como había hablado Dios con él. 24 Y Abrahán tenía noventa y nueve años de edad cuando le fue circuncidada la carne de su prepucio. 25 E Ismael su hijo tenía trece años de edad cuando le fue circuncidada la carne de su prepucio. 26 En aquel mismo día fue circuncidado Abrahán, y también Ismael su hijo. 27 Y todos los hombres de su casa, todo nacido en la casa y todo comprado de extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.[/nx_note]

La esclavitud y la Biblia

En estos últimos capítulos del Génesis se nos viene hablando de la “liberación” del pueblo que Dios ha elegido. Lo libera del mal que corrompe la tierra, apartándolo del resto y protegiéndolo. De este pueblo, descendiente directo de Set, nacerá el Mesías, según un pacto que Dios hace con Abraham. Sin embargo, también se viene hablando de sirvientes sumisos, siervos, o lo que es lo mismo: esclavos. ¿Es posible que Dios permitiera la esclavitud entre su pueblo? Al respecto, existe mucho información, y es precisamente esa abundancia la que nos lleva a la confusión. Quizás habría que cambiar el concepto que tenemos de esclavitud para poder entender lo que ocurría en aquella época, aunque es cierto que la dominación de un humano sobre otro no es concebible en ningún tiempo. Sin embargo, los sistemas sociales fueron establecidos por los mismos hombres y Dios decidió tolerar algunos de ellos, como la esclavitud, aunque en ningún caso permitió una forma de esclavitud opresiva entre su pueblo. Incluso más adelante hizo una regulación mediante unas leyes que dio a Moisés para que los esclavos tuvieran garantizados ciertos derechos.

Veamos algunos puntos sobre esta ley.

● Secuestrar a una persona para luego venderla era un delito que se castigaba con la muerte.
● En caso de que tu hermano empobrezca al lado tuyo y tenga que venderse a ti, no debes usarlo como trabajador en servicio de esclavitud. Debe resultar estar contigo como trabajador asalariado.
● Si un israelita era declarado culpable de hurto y no podía devolver el monto de lo robado según lo estipulaba la Ley, podía ser vendido como esclavo. Una vez que trabajara lo suficiente para saldar la deuda, recobraría su libertad.
● Se les prohibía a los amos maltratar a sus esclavos y abusar de ellos. De ser necesario, podían corregirlos, pero con moderación. Si un esclavo moría a causa del maltrato, la Ley ordenaba vengar su muerte. Y si perdía un diente o un ojo o sufría cualquier otra mutilación, debía ponérsele de inmediato en libertad.
● Los israelitas no podían pasar más de seis años como esclavos.
● Cuando un esclavo recobraba su libertad, el amo tenía que ser generoso con él: “En caso de que lo enviaras de ti como persona puesta en libertad, no debes enviarlo con las manos vacías. De seguro debes equiparlo con algo de tu rebaño y de tu era y de tu lagar de aceite y de vino”.

Si seguimos indagando en el tema siempre vamos a encontrar quienes vean en estos puntos algo contradictorio, sobre todo en el punto cuatro donde se tolera el maltrato. Sea como fuere, Dios se limita a regularizar un sistema social y económico establecido por el propio hombre que, recordemos, decidió “liberarse de las ataduras” que le suponían la obediencia a Dios en un paraíso. Ahora, conocedores del bien y del mal, pretendiendo ser como Dios, eran libres para establecer sus propios sistemas de autogobierno y Dios simplemente decidió no intervenir en esto, siempre y cuando entre su pueblo elegido la cosa no se les fuera de las manos.

Traslademos el caso a nuestros días. Las condiciones sociales en muchos países no son mejores que las de aquella época. Incluso en los países más avanzados las leyes se hacen favoreciendo los intereses de los grandes empresarios antes que los del empleado y existen los empleos precarios donde se abusa del trabajador y no se cumplen sus derechos. Quizás dentro de mil años alguien se pregunte por qué Dios permitía tales abusos entre sus propios creyentes. Lo que ocurre es que Dios simplemente se limita a exigir que sus creyentes cumplan con las leyes establecidas pero no a intervenir en ellas.

Capítulo 18

Los enviados de Yahveh

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Después Yahveh se le apareció entre los árboles grandes de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su tienda como al calor del día. 2 Cuando él alzó los ojos, entonces miró y allí estaban tres hombres de pie a alguna distancia de él. Cuando alcanzó a verlos, echó a correr a su encuentro desde la entrada de la tienda y procedió a inclinarse a tierra. 3 Entonces dijo: “Señor, si he hallado favor a tus ojos, te ruego no pases de largo junto a tu siervo. 4 Que se traiga un poco de agua, por favor, y se les tiene que lavar los pies. Entonces recuéstense debajo del árbol. 5 Y permítaseme traer un pedazo de pan, y refresquen sus corazones. Después de eso pueden pasar adelante, porque por eso han pasado por este camino a donde su siervo”. A lo cual dijeron: “Está bien. Puedes hacer tal como has hablado”. 6 De modo que Abrahán fue apresurándose a la tienda a donde Sara y dijo: “¡Apresúrate! Toma tres medidas de sea de flor de harina, amásala y haz tortas redondas”. 7 Luego Abrahán corrió a la vacada y procedió a tomar un toro joven, tierno y bueno, y a darlo al servidor, y este fue apresurándose a aderezarlo. 8 Tomó entonces mantequilla y leche y el toro joven que había aderezado y lo puso delante de ellos. Entonces él mismo se quedó de pie al lado de ellos debajo del árbol mientras ellos comían.[/nx_note]

Curiosa la manera en que Dios se le manifiesta a Abrahán en forma de tres hombres, a los cuales acoge con toda la hospitalidad acostumbrada entre su pueblo. Unos enviados que parecen traer una doble misión: anunciar la descendencia de Abrahán a través de Sara y su propósito contra la corrupción de Sodoma y Gomorra. Dos de los enviados parten para las ciudades corruptas y el tercero se queda conversando con Abrahán, que intenta convencer a Dios de que no castigue a justos por pecadores.

[nx_note note_color="#d7eff2"]9 Ahora ellos le dijeron: “¿Dónde está Sara tu esposa?”. A lo cual él dijo: “¡Aquí en la tienda!”. 10 De modo que continuó él: “De seguro volveré a ti el año próximo por este tiempo, y, ¡mira!, Sara tu esposa tendrá un hijo”. Ahora bien, Sara estaba escuchando a la entrada de la tienda, y esta estaba detrás del hombre. 11 Y Abrahán y Sara eran viejos, avanzados en años. A Sara le había cesado la menstruación. 12 Por eso Sara empezó a reírse dentro de sí, diciendo: “Después que estoy gastada, ¿verdaderamente tendré placer, siendo, además, viejo mi señor?”. 13 Entonces Yahveh dijo a Abrahán: “¿Por qué se rió Sara, y dijo: ‘¿Es que de veras y ciertamente daré a luz, aunque he envejecido? 14 ¿Hay cosa alguna demasiado extraordinaria para Yahveh? Al tiempo señalado volveré a ti, el año próximo por este tiempo, y Sara tendrá un hijo”. 15 Pero Sara empezó a negarlo, diciendo: “¡No me reí!”. Pues tenía miedo. A lo cual dijo él: “¡No!, pero sí te reíste”. 16 Más tarde los hombres se levantaron de allí y miraron abajo hacia Sodoma, y Abrahán iba andando con ellos para acompañarlos.17 Y Yahveh dijo: “¿Estoy yo manteniendo encubierto de Abrahán lo que voy a hacer? 18 Pues Abrahán de seguro llegará a ser una nación grande y poderosa, y todas las naciones de la tierra tendrán que bendecirse por medio de él.

19 Porque he llegado a conocerlo a fin de que dé mandato a sus hijos y a su casa después de él de modo que verdaderamente guarden el camino de Yahveh para hacer justicia y juicio; a fin de que Yahveh ciertamente haga venir sobre Abrahán lo que ha hablado acerca de él”. 21 Estoy completamente resuelto a bajar para ver si obran del todo conforme al clamor que acerca de ello ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo”. 22 Entonces los hombres se volvieron de allí y procedieron a irse a Sodoma; pero en cuanto a Yahveh, él todavía estaba de pie delante de Abrahán. 23 Entonces Abrahán se aproximó y empezó a decir: “¿Verdaderamente barrerás al justo con el inicuo? 24 Supongamos que haya cincuenta hombres justos en medio de la ciudad. ¿Los barrerás, pues, y no perdonarás el lugar por causa de los cincuenta justos que estén en él? 25 ¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” 26 Entonces dijo Yahveh: “Si hallo en Sodoma cincuenta hombres justos en medio de la ciudad, ciertamente perdonaré a todo el lugar por causa de ellos”. 27 Pero Abrahán pasó a contestar y decir: “Por favor, mira que he tomado a mi cargo hablar a Yahveh, cuando soy polvo y ceniza.

28 Supongamos que de los cincuenta justos faltaran cinco. ¿Arruinarás por los cinco a toda la ciudad?”. A lo cual él dijo: “No la arruinaré si hallo allí cuarenta y cinco”. 9 Pero volvió a hablarle de nuevo, y dijo: “Supongamos que se hallen allí cuarenta”. A su vez, él dijo: “No lo haré por causa de los cuarenta”. 30 Pero continuó: “Que Yahveh, por favor, no se enardezca de cólera, sino que se me permita seguir hablando: Supongamos que se hallen allí treinta”. A su vez, él dijo: “No lo haré si hallo allí treinta”. 31 Pero continuó: “Por favor, mira que he tomado a mi cargo hablar a Yahveh: Supongamos que se hallen allí veinte”. A su vez, él dijo: “No la arruinaré por causa de los veinte”. 32 Por fin dijo: “Que Yahveh, por favor, no se enardezca de cólera, sino que se me permita hablar esta sola vez: Supongamos que se hallen allí diez”. A su vez, él dijo: “No la arruinaré por causa de los diez”. 33 Entonces Yahveh procedió a irse cuando hubo acabado de hablar a Abrahán, y Abrahán se volvió a su lugar.[/nx_note]


Capítulo 19

Sodoma y Gomorra

[nx_note note_color="#d7eff2"]1 Ahora bien, los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer, y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Cuando Lot alcanzó a verlos, entonces se levantó para ir a su encuentro y se inclinó rostro a tierra. 2 Y procedió a decir: “Por favor, ahora, señores míos, desvíense, por favor, a casa de su siervo, y quédense toda la noche, y que se les laven los pies. Luego tienen que levantarse temprano y seguir viajando por su camino”. A lo que dijeron ellos: “No, sino que en la plaza pública nos quedaremos toda la noche”. 3 Pero él los instó mucho, de modo que se desviaron a donde él y entraron en su casa. Entonces él les hizo un banquete, y coció tortas no fermentadas, y ellos se pusieron a comer. Nada, hasta ahora, indicaba que Lot supiera que los dos hombres fueran ángeles de Dios. Sin embargo, su actitud es idéntica a la de su tío Abrahán cuando los vio y que sí se dio cuenta de inmediato quiénes eran: rostro a tierra y ruegos para que vayan a su casa. 4 Antes que pudieran acostarse, los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, cercaron la casa, desde el muchacho hasta el viejo, toda la gente en una chusma.5 Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: “¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos”. 6 Por fin Lot salió a donde ellos, a la entrada, pero cerró la puerta tras sí. 7 Entonces dijo: “Por favor, hermanos míos, no obren mal.[/nx_note]

“No obren mal.” Hasta aquí, Lot muestra gran valentía a la hora de intentar proteger a sus huéspedes. Pero pronto comprobamos lo que verdaderamente intenta hacer Lot, lo cual se nos hace difícil de asimilar.

[nx_note note_color="#d7eff2"]8 Por favor, miren que tengo dos hijas que nunca han tenido coito con hombre. Por favor, déjenme sacarlas a ustedes. Entonces háganles lo que parezca bien a sus ojos. Solo no hagan nada a estos hombres, porque por eso han venido bajo la sombra de mi techo”.[/nx_note]

Lot intenta, nada más y nada menos, que entregar a sus hijas con tal de que los huéspedes no salgan perjudicados. Ningún padre en su sano juicio haría tal barbaridad. ¿Qué está pasando, pues? Hay quien interpreta en esta actitud, que Lot aplica al pie de la letra la ley hospitalaria, que para ellos era sagrada. Acoger un huésped en su casa era todo un honor y su protección estaba garantizada. ¿Garantizada hasta el punto de entregar a tus hijas a una banda de violadores asesinos? Algo indigerible, imposible de entender en nuestros días. Por lo tanto, lo único que podría hacernos entender esta actitud es que Lot supiera quiénes eran sus huéspedes, que era un desalmado o que había perdido el juicio. Sin embargo, hay que tener en cuenta lo siguiente: Lot va a salvarse de la destrucción de la ciudad; es uno de los que Dios considera justos en un lugar corrompido. Por lo tanto, tendremos que resignarnos y pensar que algo en aquella extrema ley de hospitalidad se nos escapa. Por suerte para sus inocentes hijas, la chusma que hasta allí había acudido era homosexual.

[nx_note note_color="#d7eff2"]9 A lo que dijeron: “¡Quítate allá!”. Y añadieron: “Este hombre solitario vino acá a morar como forastero y, no obstante, realmente quiere hacer de juez. Ahora vamos a hacerte peor a ti que a ellos”. Y con ímpetu vinieron echándose pesadamente sobre el hombre, sobre Lot, y estaban acercándose para forzar la puerta. 10 De modo que los hombres alargaron la mano y metieron a Lot consigo, dentro de la casa, y cerraron la puerta. 11 Pero a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de modo que estos se agotaban tratando de hallar la entrada. 12 Entonces los hombres dijeron a Lot: “¿Tienes otros aquí? Yerno y tus hijos y tus hijas y cuantos sean tuyos en la ciudad, ¡sácalos del lugar! 13 Pues vamos a arruinar este lugar, porque el clamor contra ellos se ha hecho fuerte delante de Yahveh, de modo que Yahveh nos ha enviado para arruinar la ciudad”. 14 Por lo tanto Lot salió y empezó a hablar a sus yernos que habían de tomar a sus hijas, y siguió diciendo: “¡Levántense! ¡Sálganse de este lugar, porque Yahveh va a arruinar la ciudad!”. Pero a los ojos de sus yernos parecía como hombre que bromeaba.

15 No obstante, cuando ascendió el alba, entonces los ángeles se pusieron a apremiar a Lot, diciendo: “¡Levántate! ¡Toma a tu esposa y a tus dos hijas que se hallan aquí, por temor de que seas barrido en el error de la ciudad!”. 16 Cuando siguió demorándose, entonces, por la compasión de Yahveh para con él, los hombres asieron la mano de él y la mano de su esposa y las manos de sus dos hijas y procedieron a sacarlo y a situarlo fuera de la ciudad. 17 Y aconteció que, tan pronto como los hubieron sacado a las afueras, él empezó a decir: “¡Escapa por tu alma! ¡No mires atrás y no te detengas en todo el Distrito! ¡Escapa a la región montañosa por temor de que seas barrido!”. 18 Entonces les dijo Lot: “¡Eso no, por favor, Yahveh! 19 Ahora, por favor, tu siervo ha hallado favor a tus ojos de modo que estás engrandeciendo tu bondad amorosa, la cual has ejercido conmigo para conservar viva mi alma, pero yo... yo no puedo escapar a la región montañosa por temor de que la calamidad se mantenga cerca de mí y yo ciertamente muera. 20 Ahora, por favor, esta ciudad está cerca para huir allá, y es cosa pequeña. Permítaseme, por favor, escapar allá —¿no es cosa pequeña?— y mi alma seguirá viviendo”.

21 Así que él le dijo: “Mira que verdaderamente te muestro consideración hasta este grado también, al no derribar la ciudad de la cual has hablado. 22 ¡Apresúrate! ¡Escapa allá, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allá!”. Por eso él llamó la ciudad por nombre Zóar. 23 El sol había salido sobre la tierra cuando Lot llegó a Zóar. 24 Entonces Jehová hizo llover azufre y fuego desde Jehová, desde los cielos, sobre Sodoma y sobre Gomorra. 25 De modo que siguió adelante derribando a estas ciudades, sí, al Distrito entero, y a todos los habitantes de las ciudades, y las plantas del suelo. 26 Y la esposa de él empezó a mirar alrededor desde detrás de él, y se convirtió en columna de sal.[/nx_note]

La mujer de Lot miró atrás. Era la prueba final. Salir de Sodoma sin pesar por lo que dejaban atrás. Mirando solo adelante, hacia una salvación que Yahveh les ofrecía. ¿Merecía la muerte la mujer de Lot por ello? Seguramente no, y de hecho no murió por el solo hecho de mirar hacia atrás, sino por lo que esa mirada significaba. Era una elección simple: Yahveh o corrupción, salvación o muerte.

[nx_note note_color="#d7eff2"]27 Ahora bien, muy de mañana Abrahán se dirigió al lugar donde había estado de pie delante de Yahveh. 28 Entonces miró abajo hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la tierra del Distrito, y vio una escena. ¡Pues mire, humo denso ascendía de la tierra como el humo denso de un horno de calcinación! 29 Y aconteció que, cuando Dios arruinó las ciudades del Distrito, Dios tuvo presente a Abrahán, pues dio pasos para enviar a Lot de en medio del derribo cuando derribó las ciudades en medio de las cuales había estado morando Lot. 30 Más tarde Lot subió desde Zóar y empezó a morar en la región montañosa, y sus dos hijas junto con él, porque le dio miedo morar en Zóar. De modo que empezó a morar en una cueva, él y sus dos hijas. 31 Y la primogénita procedió a decir a la más joven: “Nuestro padre es viejo, y no hay hombre en el país que tenga relaciones con nosotras según la manera de toda la tierra. 32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre y acostémonos con él y conservemos prole de nuestro padre”.

33 De modo que siguieron dando a beber vino a su padre durante aquella noche; entonces la primogénita entró y se acostó con su padre, pero él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 34 Y al día siguiente sucedió que la primogénita dijo entonces a la más joven: “Mira, anoche me acosté con mi padre. Démosle a beber vino también esta noche. Entonces entra tú, acuéstate con él, y conservemos prole de nuestro padre”. 35 De modo que repetidas veces dieron a beber vino a su padre durante aquella noche también; entonces la más joven se levantó y se acostó con él, pero él no supo cuando ella se acostó ni cuando se levantó. 36 Y ambas hijas de Lot quedaron encinta de su padre. 37 Con el tiempo la primogénita llegó a ser madre de un hijo, y lo llamó por nombre Moab. Es el padre de Moab, hasta el día de hoy. 38 En cuanto a la más joven, ella también dio a luz un hijo, y entonces lo llamó por nombre Ben-ammí. Es el padre de los hijos de Ammón, hasta el día de hoy.[/nx_note]

Capítulo 20

Abraham y el rey Amibélec

[nx_note note_color="#d7eff2"]1Ahora bien, Abrahán mudó su campamento de allí a la tierra del Négueb y se puso a morar entre Qadés y Sur y a residir como forastero en Guerar. 2 Y repitió Abrahán respecto a Sara su esposa: “Es mi hermana”. Ante aquello, Abimélec rey de Guerar envió, y tomó a Sara. 3 Después Dios vino a Abimélec en un sueño de noche y le dijo: “Mira que puedes darte por muerto a causa de la mujer que has tomado, puesto que es poseída por otro dueño como esposa”. 4 Sin embargo, Abimélec no se había acercado a ella. Por eso dijo: “Yahveh, ¿matarás a una nación que es verdaderamente justa? 5 ¿No me dijo él: ‘Es mi hermana’?, y ella... ¿no dijo ella también: ‘Es mi hermano’? En la honradez de mi corazón y con inocencia de mis manos he hecho esto”. 6 Ante aquello, Dios le dijo en el sueño: “Yo también he sabido que has hecho esto en la honradez de tu corazón, y también estaba deteniéndote de pecar contra mí. Por eso no te permití tocarla. 7 Pero ahora, devuelve la esposa del hombre, porque es profeta, y él hará súplica por ti. Así que, sigue viviendo. Pero si no la vas a devolver, sabe que positivamente morirás, tú y todos los que son tuyos”. 8 De modo que Abimélec se levantó muy de mañana y procedió a llamar a todos sus siervos y a hablar de todas estas cosas a oídos de ellos. Y a los hombres les dio mucho miedo.[/nx_note]

De nuevo, tal como ocurrió en Egipto, el hecho de que Sara se hiciera pasar como hermana de quien realmente era su marido, acarreó un gran disgusto al rey del país por donde pasaban, en este caso, a Abimelec, rey de Guerar. Sin embargo, en esta ocasión, hay un detalle curioso. Un detalle que nos lleva a preguntarnos… ¿qué fue lo que llevó a aquel rey a fijarse en Sara? ¡Si Sara era ya una anciana que sobrepasaba los cien años! Incapaz de concebir hijos, según ella. Siempre y cuando, claro está, que las narraciones estén en un orden cronológico correcto. Según vamos leyendo, no parece que en los acontecimientos haya error alguno cronológicamente hablando, salvo que algunos detalles de los que se cuentan se hayan mezclado. Siempre habrá algún estudioso del tema que llegue precisamente a esta conclusión, que hay historias que se mezclan por error.

En cualquier caso, la narración en su conjunto no se ve afectada. Caben además otras posibilidades que harían que esta anécdota protagonizada por Sara no estuviera fuera de lugar. Vemos que a estas alturas, los humanos han reducido considerablemente la esperanza de vida; ya nadie llega a aquellos míticos 900 años, aunque pasan tranquilamente el centenar. Eva dio a luz a Set pasado el siglo de vida y casi con toda seguridad se mantenía todavía joven y bella. Pero a medida que pasaban los años y los siglos, el ser humano fue alejándose de aquellos primeros padres que nacieron perfectos, por lo que, los años de juventud fueron disminuyendo. No sabemos hasta cuantos años se consideraba joven un hombre o una mujer en tiempo de Abraham, pero ellos mismos nos han ido aclarando que ni él, Abraham, ni Sara estaban ya en su mejor edad.

No obstante, no olvidemos que Sara era una protegida de Dios y había anunciado que todavía llegaría a ser madre. Quién nos dice que esa protección no incluía mantenerla bella a ojos de su marido -y de los demás- para que ser madre a cierta edad no resultara demasiado inaudito. Sea como fuere, está claro que Sara se mantenía bella cuando el rey Abimelec quedó prendado de ella y la hizo llevar a su palacio.

[nx_note note_color="#d7eff2"]9 Entonces llamó Abimélec a Abrahán y le dijo: “¿Qué nos has hecho, y qué pecado he cometido yo contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino un pecado grande? Obras que no debieran haberse hecho has hecho tú respecto a mí”. 10 Y Abimélec pasó a decir a Abrahán: “¿Qué tenías en mira para que hayas hecho esta cosa?” 11 A esto Abrahán dijo: “Fue porque me dije a mí mismo: ‘Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y ciertamente me matarán por causa de mi esposa’. 12 Y, además, ella en verdad es mi hermana, hija de mi padre, solo que no es hija de mi madre; y vino a ser mi esposa. 13 Y aconteció que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, entonces le dije a ella: ‘Esta es tu bondad amorosa que puedes ejercer para conmigo: En todo lugar adonde lleguemos, di de mí: “Es mi hermano”.

14 Después de eso Abimélec tomó ovejas y ganado vacuno y siervos y siervas y los dio a Abrahán, y le devolvió a Sara su esposa. 15 Además dijo Abimélec: “Mi tierra está a tu disposición. Mora donde parezca bien a tus ojos”. 16 Y a Sara dijo: “Doy mil piezas de moneda de plata a tu hermano. Es para ti una cobertura de los ojos para todos los que están contigo, y ante todo el mundo, y quedas libre de oprobio”. 17 Y Abrahán se puso a hacer súplica a Dios; y Dios procedió a sanar a Abimélec y a su esposa y a sus esclavas, y estas empezaron a dar a luz hijos. 18 Porque Yahveh había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimélec por causa de Sara, esposa de Abrahán.[/nx_note]

Capítulo 21

Isaac e Ismael

[nx_note note_color="#d7eff2"]1Yahveh dirigió su atención a Sara tal como había dicho, y ahora Yahveh hizo para con Sara tal como había hablado. 2 Y Sara quedó encinta y entonces le dio a luz un hijo a Abrahán, en la vejez de él, al tiempo señalado del cual le había hablado Dios. 3 Por lo tanto Abrahán llamó por nombre Isaac a su hijo que le había nacido, que Sara le había dado a luz. 4 Luego Abrahán procedió a circuncidar a Isaac su hijo cuando este tenía ocho días de edad, tal como le había mandado Dios. 5 Abrahán tenía cien años de edad cuando le nació Isaac su hijo. 6 Entonces dijo Sara: “Dios me hizo reir: todo el que oiga de ello se reirá de mí”. 7 Y añadió: “¿Quién hubiera dicho a Abrahán: ‘Sara amamantará a hijos’? ¡Pues le he parido un hijo en su vejez!”[/nx_note]

Encontramos aquí a una Sara sorprendida y al tiempo preocupada. Sorprendida por haberse cumplido la promesa de Yahveh de darle un hijo en su vejez, y preocupada por el “qué dirán”, de que una vieja como ella haya dado a luz: “Dios me hizo reir: todo el que oiga de ello se reirá de mí.”

[nx_note note_color="#d7eff2"]8 Ahora bien, el niño siguió creciendo y llegó a ser destetado; y entonces Abrahán preparó un gran banquete el día en que Isaac fue destetado. 9 Y Sara observaba de continuo que el hijo de Agar la egipcia, que esta le había dado a luz a Abrahán, se burlaba de su hijo Isaac. 10 De modo que empezó a decir a Abrahán: “¡Expulsa a esta esclava y a su hijo, porque el hijo de esta esclava no va a ser heredero con mi hijo, con Isaac!”[/nx_note]

Surgen, o más bien, continúan, las desavenencias entre Sara y su esclava, esta vez, provocadas por los hijos. Según Sara, Ismael, mucho mayor que Isaac, no es una buena compañía para su hijo. Sara llega al extremo de pedir la expulsión de ambos.

[nx_note note_color="#d7eff2"]11 Pero muy desagradable le resultó aquella cosa a Abrahán, en lo que tocaba a su hijo. 12 Entonces Dios dijo a Abrahán: “No te sea desagradable nada de lo que Sara siga diciéndote acerca del muchacho y acerca de tu esclava. Escucha su voz, porque es por medio de Isaac por quien lo que será llamado descendencia tuya será.
13 Y en cuanto al hijo de la esclava, también a él lo constituiré en nación, porque es prole tuya”.[/nx_note]

Episodio un tanto controvertido a la hora de sacar conclusiones, pues lo primero que nos viene a la mente es la crueldad de Sara por pedir que se expulse a una madre acompañada de su pequeño hijo. Luego viene el drama del desierto y su pequeño a punto de morir de hambre y sed. Pero, vayamos poco a poco. En primer lugar, no se sabe exactamente quién era más cruel, si Sara con Agar, la esclava, o viceversa. Puede que el hijo de Sara se viera acosado por un no tan pequeño Ismael, pues debía tener por aquel entonces quince o dieciséis años, por lo que, los cuadros artísticos que nos muestran a una Agar desesperada ante la muerte inminente de su "pequeño", no deben llevarnos a engaño. Sí es cierto, como veremos, que Ismael empezó a desfallecer por falta de agua, pero eso ocurrió porque Abrahám se limitó a obedecer a Dios sacando a ambos de su campamento; Sara era, ya lo hemos visto, de armas tomar, pero no hay por qué pensar que en su corazón estuviera la idea de abandonarlos a su suerte en pleno desierto. Simplemente quería alejar de su hijo la mala influencia de un maleducado Ismael.

Si, como además hemos visto, Agar, ya en su día se dedicó a humillar a Sara, no sería descabellado pensar que ahora disfrutaba viendo cómo Ismael humillaba al pequeño Isaac. Sara, por su parte, pensaba egoísta pero legítimamente, que Isaac, el hijo salido de su vientre, era el verdadero heredero de Abraham, y que por tanto no tenía que sufrir las humillaciones de su hermanastro, que no era sino el hijo de una esclava. Ante todo esto, Abraham debía estar entre la espada y la pared y finalmente interviene Yahveh que aprovecha las desavenencias familiares para que se cumpla su promesa de formar un gran pueblo a través del hijo que le dio con su esclava.

Abraham puede ser visto como alguien que se deja dominar por su esposa accediendo a la cruel petición de abandonar en pleno desierto a una mujer y un muchacho; pero lo cierto es que él sabía muy bien que ambos estarían a salvo desde el momento en que Yahveh le dice: "también a él lo constituiré en nación, porque es prole tuya”.

[nx_note note_color="#d7eff2"]14 De modo que Abrahán se levantó muy de mañana y tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar, poniéndolo sobre el hombro de ella, y al niño, y entonces la despidió. Y ella se puso en marcha y anduvo errante por el desierto de Beer-seba. 15 Por fin se agotó el agua del odre, y ella arrojó al niño bajo uno de los arbustos. 16 Entonces siguió adelante y se sentó sola, como a la distancia de un tiro de arco, porque decía: “Que no vea yo cuando muera el niño”. De modo que se sentó a lo lejos y se puso a alzar la voz y a llorar.

17 En esto Dios oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo: “¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, porque Dios ha escuchado la voz del muchacho allí donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y áselo con tu mano, porque lo constituiré en nación grande”. 19 Entonces Dios le abrió los ojos de modo que ella alcanzara a ver un pozo de agua; y ella fue y se puso a llenar de agua el odre y a dar de beber al muchacho. 20 Y Dios continuó estando con el muchacho, y él siguió creciendo y morando en el desierto; y se hizo arquero. 21 Y se puso a morar en el desierto de Parán, y su madre procedió a tomarle esposa de la tierra de Egipto[/nx_note]

Pacto con Abimelec

[nx_note note_color="#d7eff2"]22 Ahora bien, por aquel tiempo aconteció que Abimélec, junto con Ficol, el jefe de su ejército, dijo a Abrahán: “Dios está contigo en todo lo que estás haciendo. 23 De modo que ahora júrame aquí por Dios que no me resultarás falso a mí, ni a mi prole, ni a mi posteridad; que, conforme al amor leal con que yo he tratado contigo, tú tratarás conmigo y con la tierra en la cual has estado residiendo como forastero”. 24 De modo que Abrahán dijo: “Juraré”.

25 Cuando Abrahán criticó severamente a Abimélec respecto al pozo de agua del que se habían apoderado con violencia los siervos de Abimélec, 26 entonces dijo Abimélec: “No sé quién hizo esta cosa, ni tú mismo me lo informaste, y yo mismo tampoco lo he oído hasta hoy”. 27 Ante aquello, Abrahán tomó ovejas y ganado vacuno y los dio a Abimélec, y ambos procedieron a celebrar un pacto. 28 Cuando Abrahán puso aparte siete corderas del rebaño, 29 Abimélec pasó a decir a Abrahán: “¿Pues qué significan estas siete corderas que has puesto aparte?” 30 Entonces él dijo: “Has de aceptar de mi mano las siete corderas, para que ello me sirva de testimonio de que yo he cavado este pozo”. 31 Por eso llamó a aquel lugar Beer-seba, porque allí ambos habían prestado juramento. 32 Así que celebraron un pacto en Beer-seba, después de lo cual Abimélec se levantó junto con Ficol, el jefe de su ejército, y se volvieron a la tierra de los filisteos.[/nx_note]

En la segunda parte de este capítulo vemos cómo el rey Abimelec, asombrado por lo bien que le va a Abraham intenta que las relaciones entre ambos sean buenas. Quizás teme que en un hipotético enfrentamiento entre ambos pueblos sea él el perjudicado, en vista de que Abraham goza de la protección divina. Por su parte, Abraham intenta limar asperezas y arreglar algunos asuntos pendientes como el caso del pozo de agua.

[nx_note note_color="#d7eff2"]33 Después de aquello él plantó un tamarisco en Beer-seba e invocó allí el nombre de Yahveh el Dios de duración indefinida. 34 Y Abrahán extendió su residencia como forastero en la tierra de los filisteos muchos días.[/nx_note]

Capítulo 22

El sacrificio de Isaac

[nx_note note_color="#d7eff2"]Ahora bien, después de estas cosas aconteció que Dios puso a prueba a Abrahán. Por consiguiente, le dijo: “¡Abrahán!”, a lo cual dijo él: “¡Aquí estoy!” 2 Y él pasó a decir: “Toma, por favor, a tu hijo, a tu hijo único a quien amas tanto, a Isaac, y haz un viaje a la tierra de Moria, y allí ofrécelo como ofrenda quemada sobre una de las montañas que yo te designaré”. 3 De modo que Abrahán se levantó muy de mañana y aparejó su asno y tomó consigo a dos de sus servidores y a Isaac su hijo; y partió la leña para la ofrenda quemada. Entonces se levantó y emprendió el viaje al lugar que le designó Dios. 4 Fue por primera vez al tercer día cuando Abrahán alzó los ojos y empezó a ver el lugar desde lejos.

5 Entonces Abrahán dijo a sus servidores: “Quédense aquí con el asno, pero yo y el muchacho queremos ir allá, y adorar, y volver a ustedes”. 6 Después de eso, Abrahán tomó la leña de la ofrenda quemada y la puso sobre Isaac su hijo, y tomó en sus manos el fuego y el cuchillo de degüello, y ambos siguieron adelante juntos. 7 E Isaac empezó a decir a Abrahán su padre: “¡Padre mío!”. Él a su vez dijo: “¡Aquí estoy, hijo mío!”. De modo que continuó: “Aquí están el fuego y la leña, ¿pero dónde está la oveja para la ofrenda quemada?” 8 A lo cual dijo Abrahán: “Dios se proveerá la oveja para la ofrenda quemada, hijo mío”. Y ambos siguieron andando juntos. 9 Finalmente llegaron al lugar que le había designado Dios, y allí Abrahán edificó un altar y puso en orden la leña y ató de manos y pies a Isaac su hijo y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10 Entonces Abrahán extendió la mano y tomó el cuchillo de degüello para matar a su hijo.

11 Pero el ángel de Yahveh se puso a llamarlo desde los cielos y a decir: “¡Abrahán, Abrahán!”, a lo cual él contestó: “¡Aquí estoy!” 12 Y pasó a decir: “No extiendas tu mano contra el muchacho y no le hagas nada, porque ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu unigénito”. 13 En esto Abrahán alzó los ojos y miró, y allí, a poca distancia enfrente de él, había un carnero prendido por los cuernos en un matorral. De modo que Abrahán fue y tomó el carnero y lo ofreció como ofrenda quemada en lugar de su hijo. 14 Y Abrahán se puso a llamar aquel lugar por nombre Yahveh yir’he. Por eso se acostumbra decir hoy: “En la montaña de Yahveh se proveerá”.

15 Y el ángel de Yahveh procedió a llamar a Abrahán por segunda vez desde los cielos 16 y a decir: “‘Por mí mismo de veras juro —es la expresión de Yahveh— que por motivo de que has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu unigénito, 17 yo de seguro te bendeciré y de seguro multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar; y tu descendencia tomará posesión de la puerta de sus enemigos. 18 Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz’”. 19 Después de eso Abrahán volvió a sus servidores, y se levantaron, y juntos procedieron a irse a Beer-seba; y Abrahán continuó morando en Beer-seba.

20 Tras estos sucesos se le anunció a Abrahán lo siguiente: “Mira que Milcá misma también le ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: 21 Uz su primogénito y Buz su hermano y Quemuel el padre de Aram, 22 y Késed y Hazó y Pildás y Jidlaf y Betuel”. 23 Y Betuel llegó a ser padre de Rebeca. Estos ocho le dio a luz Milcá a Nacor el hermano de Abrahán. 24 Estaba también su concubina, cuyo nombre era Reumá. Con el tiempo ella misma también dio a luz a Tébah y Gaham y Tahas y Maacá.[/nx_note]

El sacrificio de Isaac ha sido estudiado por infinidad de teólogos e investigadores bíblicos, tratando de dar una explicación sobre un mandato divino que escapa a la lógica de la mente humana. ¿Por qué ordena Dios a Abraham que le quite la vida a su hijo mediante un sacrificio? ¿Por qué una prueba tan dura? Abraham siempre había demostrado serle fiel. ¿Por qué probar su fidelidad hasta tal extremo? Preguntas de difícil respuesta. Quizás Yahveh quería saber si algún humano estaría dispuesto a hacer por su dios lo que Él mismo haría después por la humanidad, sacrificar a su propio hijo. Y esto nos lleva a otra pregunta: si Dios lee en el corazón de los hombres y sabía cuál iba a ser la respuesta de Abraham, ¿para qué se molestó en ponerlo a prueba? Podríamos saltar de una pregunta a otra como: ¿Por qué creo Dios el mundo sabiendo que la aparición del hombre y los ángeles rebeldes desencadenarían un desastre? Todo escapa al intelecto humano. Una respuesta arriesgada sería: que quizás toda la desastrosa historia de la humanidad es necesaria si un día la raza humana quiere llegar a ser perfecta. Si Yahveh sabía que sus hijos humanos le iban a fallar, podía haber optado por no crearlos y nuestra raza nunca jamás hubiera pisado la tierra. Sus otros hijos celestiales hubieran estado en disposición de criticar esta medida: no los habría creado por miedo al fracaso. Ni siquiera los seres celestiales hubieran sido creados, y el ser omnipotente que es Dios, nunca habría llegado a crear nada. Sin embargo, tras una historia de varios miles de años en que los humanos no han sido capaces de gobernarse por sí solos, Yahvéh ha demostrado cuán necesaria es su intervención y que los humanos tengan un ser superior que les gobierne. Pero para eso, toda esta desastrosa historia tenía necesariamente que ocurrir y quedar registrada.

La historia de Abraham podía haber seguido adelante sin tener que sufrir una prueba tan extrema. El patriarca era un hombre a la altura de lo que Dios esperaba de él. Dios sabía hasta qué punto le era fiel, pero debía demostrarlo, no solo ante Él, sino ante todos, y que así quedara escrito, porque del líder del pueblo de Dios debía exigirse lo máximo. Ser un ejemplo a seguir. Yahveh lo tenía todo perfectamente planeado y por consiguiente pidió al patriarca que le ofreciera a su hijo en sacrificio. Había en esta petición dos contrariedades que seguramente no pasaron por alto a Abraham. La primera es que Dios nunca había exigido a nadie un sacrificio humano; y la segunda, que aquella demanda venía a romper su pacto. Dios nunca le había mentido. Había cumplido su promesa de darle un hijo con Sara, pero sacrificarlo ahora suponía incumplir la promesa de que, a través de Isaac, su descendencia llegaría a ser tan incontable como las estrellas. No hay ningún escrito que cuente que Abraham pidiera explicación alguna a Dios, ni que se negara a nada, sino que se limitó a obedecer. Él era un simple humano mortal sobre la tierra y Yahveh era el todopoderoso creador de todas las cosas, incluido el propio Abraham y su hijo. No había explicación alguna que pedir, solo cabía llevar a cabo lo que le habían ordenado.

El sufrimiento, desde el mismo momento en que le fue dada la orden y durante los tres días que duró el camino hasta el lugar donde se celebraría el sacrificio, debió ser duro en extremo, aunque no se tiene constancia de que Abraham se revelara en ningún momento contra Dios. Isaac, por su parte, no sabe nada, aunque se extraña de que su padre no lleve consigo el animal que debe ser sacrificado. No sabemos la edad del muchacho, quizá era ya un adolescente, pero suficientemente joven como para ser sujetado y maniatado a la hora del sacrificio. Difícilmente hubiera accedido al sacrificio por su propia voluntad. Aquí se hace un símil del sacrificio ofrecido por un mortal con el que más tarde haría el propio Yahveh, pero no del sacrificado. Isaac subió a la montaña engañado, pero no hay detalles de si opuso o no resistencia una vez llegó la hora de colocarlo en el altar. Solo que un ángel de Yahveh detuvo la mano que estaba dispuesta a llevar a cabo el sacrificio. La lección está clara. La obediencia y la fidelidad a Dios como único camino, por inescrutable que parezca. La obediencia al padre creador para que se cumplan sus planes con la humanidad a través del pacto con su pueblo elegido. Un pacto que Yahveh cumpliría a pesar de que este pueblo no siempre le sería fiel.

Capítulo 23

La muerte de Sara

[nx_note note_color="#d7eff2"]La vida de Sara llegó a ciento veintisiete años. Estos fueron los años de la vida de Sara. 2 De modo que murió Sara en Quiryat-arbá, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán, y Abrahán entró a plañir a Sara y a llorarla. 3 Entonces se levantó Abrahán de delante de su muerto y procedió a hablar a los hijos de Het, diciendo: 4 “Residente forastero y poblador soy yo entre ustedes. Denme la posesión de una sepultura entre ustedes para que entierre a mi muerto fuera del alcance de mi vista”. 5 Ante esto, los hijos de Het contestaron a Abrahán, y le dijeron: 6 “Escúchanos, señor. Un príncipe de Helohim eres tú en medio de nosotros. Entierra a tu difunto en la más selecta de nuestras sepulturas. Ninguno de nosotros retendrá de ti su sepultura para impedir el entierro de tu muerto”.

7 Por lo tanto Abrahán se levantó y se inclinó ante los naturales, ante los hijos de Het, 8 y habló con ellos, y dijo: “Si sus almas convienen en enterrar a mi muerto fuera del alcance de mi vista, escúchenme e insten por mí a Efrón el hijo de Zóhar, 9 para que me dé la cueva de Macpelá, que es suya, la cual está a la extremidad de su campo. Por la plena cantidad de plata, que me la dé en medio de ustedes para la posesión de una sepultura”. 10 El caso era que Efrón estaba sentado en medio de los hijos de Het. Así que Efrón el hitita contestó a Abrahán, a oídos de los hijos de Het junto con todos los que entraban por la puerta de su ciudad, y dijo: 11 “¡No, señor mío! Escúchame. El campo sí te lo doy, y la cueva que está en él a ti te la doy, sí. Ante los ojos de los hijos de mi pueblo de veras te la doy. Entierra a tu muerto”.

12 En esto se inclinó Abrahán ante los naturales 13 y habló a Efrón, oyéndolo los naturales, y dijo: “Solamente si tú... ¡no, escúchame! Ciertamente te daré la cantidad de plata por el campo. Tómala de mí, para que yo entierre allí a mi muerto”. 14 Entonces contestó Efrón a Abrahán, diciéndole: 15 “Señor mío, escúchame. Una porción de terreno que vale cuatrocientos siclos de plata, ¿qué es eso entre yo y tú? De modo que entierra a tu muerto”.

16 Por consiguiente, escuchó Abrahán a Efrón, y Abrahán le pesó a Efrón la cantidad de plata de que había hablado a oídos de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, corriente entre mercaderes. 17 Así el campo de Efrón que estaba en Macpelá, que está enfrente de Mamré, el campo y la cueva que estaba en él, y todos los árboles que estaban en el campo, que estaban dentro de todos sus límites en derredor, quedaron confirmados

18 a Abrahán como propiedad suya comprada ante los ojos de los hijos de Het, entre todos los que entraban por la puerta de su ciudad. 19 Y después de aquello Abrahán enterró a Sara su esposa en la cueva del campo de Macpelá, enfrente de Mamré, es decir, Hebrón, en la tierra de Canaán. 20 Así el campo y la cueva que estaba en él quedaron confirmados a Abrahán para posesión de sepultura, de mano de los hijos de Het.[/nx_note]

La vida de Sara llega a su fin. Aquí venimos a comprobar, una vez más, el reconocimiento y respeto hacia Abraham por parte de los nativos de la tierra donde él y su pueblo llegaron como forastero. Abrahm pide que se le venda un lugar donde enterrar a su esposa y todos están dispuestos a cederselo, incluso sin cobrarle por él, aunque el patriarca insiste en pagarlo, para así tener la seguridad de que la tumba siempre será de su propiedad y los restos de Sara nunca sean molestados.

El Génesis es un libro compuesto por cincuenta capítulos, todos ellos a cual más apasionante. La historia de la creación y el propósito del Creador con la humanidad quedan explicados en los veintitrés capítulos que hemos abordado. El propósito era hacer entendible el principio de la Biblia, un libro que muchos comienzan y pocos pasan del primer capítulo. Quizás después de la historia de Abraham, seguir adelante con José o Jacob sea más fácil, o quizás en otra ocasión se aborden estas historias en otro libro, pero de momento, lo dejamos aquí, pues por seguir, podríamos seguir y contar el Exodo, donde se relata la esclavitud de la descendencia de Abraham y su salida de Egipto liderados por Moisés, hasta llegar al Nuevo Testamento y contarlo también completo.

Podrás ser creyente y tomarte todo lo leído y explicado como una lección bíblica que te ayude espiritualmente, o podrás ser ateo o agnóstico y tomártelo como unas historias curiosas y entretenidas, pero a nadie podrá dejar indiferente el hecho de que todo cuanto se cuenta en el Génesis es perfectamente concordable con la ciencia. Podrás creer que toda la creación del universo con sus seres vivos incluidos se hizo al azar, o que fue dirigido por un ser divino. Pero ambos, Biblia y ciencia están ahí para demostrar su complejidad. El propósito de este libro era hacer entendible los primeros capítulos de la Biblia, sin intentar convencer a nadie de la existencia de un ser divino y creador; desde un punto de vista neutral, religiosamente hablando. Pero sinceramente, después de profundizar en ambas cosas, ciencia y Biblia, puede que sea más difícil declararse ateo que creyente, aunque esto, es solamente una opinión muy personal del autor de estas líneas.

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